Los restaurantes de Zamora empiezan a cobrar a quien reserva y no aparece

Los hosteleros explican que el objetivo de la medida es evitar las pérdidas que les generan las mesas que quedan vacías a última hora

El responsable del Restaurante Cuzeo, durante un servicio. |

El responsable del Restaurante Cuzeo, durante un servicio. | / Emilio Fraile

Reservar mesa en un restaurante de Zamora y quedarse en casa sin avisar con la suficiente antelación dejará de salir gratis. Al menos, en los establecimientos de la provincia que han decidido aplicar una nueva política de cancelación para frenar comportamientos que les estaban causando un perjuicio económico. Varios negocios de la ciudad y de las comarcas ya han tomado la determinación de cobrar a los clientes que les obligan a guardar un espacio y que se ausentan sin dar explicación o con excusas de última hora.

Un cocinero prepara un plato. | L. O. Z.

Un cocinero prepara un plato. | L. O. Z. / Manuel Herrera

La decisión, amparada por una sentencia reciente a favor de un negocio que aplicó esta medida en el País Vasco, cuenta con el respaldo de la Asociación Zamorana de Empresarios Hosteleros (Azehos), que ya hace dos años envió una circular a sus miembros para advertirles de la existencia de este recurso "para garantizar la reserva". Según aclaró el presidente del colectivo, Óscar Somoza, "no se trata de castigar ni penalizar", sino de proteger el interés del establecimiento, del mismo modo que sucede con las habitaciones de los hoteles.

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Los primeros restaurantes en tomar estas medidas están siendo los que ofrecen una mayor calidad en sus menús, que tienden a llenar el salón en fechas señaladas y durante los fines de semana con una cierta antelación, y que además ofrecen una experiencia gastronómica costosa desde el punto de vista de la materia prima, de la elaboración y del personal que se requiere.

Del 20% a la totalidad

Cada uno de esos establecimientos tiene la potestad de decidir qué tipo de compensación cobra a los clientes en base a su política de cancelación: "Nosotros aconsejamos que cada uno fuera por libre, pero que mínimo se les cargara un 20% del precio medio del cubierto", aclaró Somoza, que señaló que los restaurantes pueden optar por embolsarse el 100% del dinero.

En muchos casos, la decisión de cobrar depende de la fecha, de la época del año o del volumen de reservas; también del tipo de negocio del que se trate o del sistema que tenga el interesado para formalizar la reserva: "Los restaurantes que toman estas medidas suelen obligar a confirmar la cita por internet", indicó Somoza, que recordó que, por esa vía, el cliente se ve obligado, si el establecimiento lo requiere, a facilitar los datos de su tarjeta de crédito para permitir un hipotético cargo.

Desde Azehos son conscientes de que muchos restaurantes de Zamora, por sus características, tienen más dificultades para establecer estas medidas, pero animan a aquellos "con mucha mano de obra, mucho personal y que viven de tener todas las mesas llenas en determinados días" a que se protejan de los clientes desconsiderados. La propia asociación y algunos de los negocios de la ciudad han percibido que la práctica de dejar vacías las mesas reservadas está suponiendo un grave castigo económico para quienes se dedican a dar de comer a los demás.

"No queremos que nadie se enfade, pero nos jugamos mucho"

Uno de los negocios que ha puesto en marcha recientemente su propia política de cancelación para protegerse de las espantadas es el Restaurante Lera, ubicado en Castroverde de Campos. Su administradora, Natalia Fernández, aclaró que esas medidas llevaban un tiempo redactadas, pero que ahora se van a aplicar definitivamente tras "un par de cosas llamativas" que les han servido para convencerse de su necesidad.

En resumidas cuentas, el Restaurante Lera cobrará a los clientes que no acudan a la cita o que cancelen con menos de siete días de antelación, siempre y cuando se trate de reservas para los fines de semana y los festivos al mediodía, que es cuando el salón se llena por completo. Fernández apuntó que el cargo solo se realizará si la mesa que se queda vacía no se llena. Es decir, si los ausentes tienen la fortuna de que otro grupo ocupa su hueco, la cosa quedará en nada.

Ahora bien, si el restaurante se queda con las sillas libres, el cobro será de 40 euros por comensal previsto. El negocio cifra en 100 euros el precio medio por cubierto, por lo que recupera el 40%, lo correspondiente al gasto de la materia prima, aunque en ningún caso compense el lucro cesante. "No tenemos intención de quedarnos con un dinero que no es nuestro ni de enfadar a nadie, pero nos jugamos mucho", aclaró Natalia Fernández, que apuntó que tampoco se cobrará a los clientes que decidan cambiar la fecha para otro momento, siempre y cuando avisen y no se ausenten sin mediar explicación alguna.

Las veinte personas que se olvidaron de ir, las bromas que fastidian un fin de semana y otras faltas de respeto

La memoria de los restaurantes de la provincia está salpicada de cabreos causados por clientes irrespetuosos. La administradora del Restaurante Lera, Natalia Fernández, aún recuerda cuando veinte personas se olvidaron de ir en la fecha marcada o cómo un grupo de chavales les gastó una broma y reservó al completo el hotel que forma parte del mismo complejo para después revelar que se trataba de una "gracia". Estas vivencias y otros comportamientos más habituales, pero también dañinos, han desembocado en la decisión de cobrar a quien incumpla con lo pactado: "Hay quien asume que es justo y quien muestra un enfado increíble. Estos últimos nos convencen de que no podemos dar un paso atrás", recalcó Fernández.

El Lera no es el único negocio que ha tomado esta determinación recientemente. En Zamora capital, el Restaurante Cuzeo también pondrá en marcha su propia política de cancelación en apenas unos días, ante el convencimiento adquirido por sus dueños en base a la experiencia. "Que alguien reserve y no aparezca es algo que nos sucede muy habitualmente, sobre todo los fines de semana. Es increíble la cantidad de mesas que se quedan vacías", lamentó el responsable del proyecto, Adrián Asensio, que aseguró que en Semana Santa les han dejado "tirados" cada día uno o dos grupos: "A diario no haremos nada, pero los fines de semana cobraremos el 50% del precio medio del comensal", confirmó.

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