El dinero cunde menos de lo que cundía. Lo dicen las estadísticas, pero se ve en los supermercados, en las gasolineras y en cualquier factura que llegue a las manos de los consumidores. El último dato, el adelantado del mes de febrero, indica que los precios aumentaron un 7,4% a nivel interanual y que la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta la energía ni los productos más volátiles, está cerca del tres por ciento. Cifras elevadas, muy elevadas teniendo en cuenta que, como ayer recordaba Juan Carlos de Margarida —presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora— una inflación que se mueva en el entorno del dos o del tres por ciento ya se considera elevada.

Con estos datos no resulta extraño que prácticamente todos los productos hayan subido de precio en los últimos doce meses. Por citar algunos de los más utilizados por todos los hogares zamoranos, el aceite de oliva se ha encarecido en los últimos doce meses más de un treinta por ciento. Los cereales se han encarecido un diez por ciento, la fruta fresca un nueve, la carne de ovino un doce y la de pollo cerca de un siete por ciento. También es más caro el arroz (un 8%) y la leche, que aumenta de precio más de un siete por ciento en los últimos doce meses.

Mención aparte merece la electricidad, que es ahora un cuarenta por ciento más cara que hace un año. El gas es también más caro, aunque las variaciones se notan menos. Un conglomerado de precios que hacen que el alza de los salarios —de un dos por ciento para los trabajadores que han renovado en 2021 su convenio colectivo— sea claramente insuficiente para soportar el aumento del coste de la vida. Las subidas de sueldo de los trabajadores públicos tampoco son suficientes.

Cómo no hablar del precio del combustible, que se encuentra en máximos históricos —situación que se repite ya durante las últimas semanas— y que afecta directamente al bolsillo de los conductores. El gasóleo A se paga en las gasolineras de Zamora a una media de 1,572 euros el litro, una cifra demasiado cara teniendo en cuenta los precios históricos. La gasolina asciende hasta los 1,667 euros el litro. En marzo del año pasado el gasóleo estaba a 1,184 euros el litro y la gasolina cotizaba a 1,315.

Alquileres de pisos

La situación afecta también a los alquileres. Los inquilinos a los que les toque la revisión anual de su contrato de arrendamiento en febrero verán aumentar su alquiler mensual en unos 28 y 41 euros de media en las capitales de provincia de Castilla y León a partir de ahora, según un estudio realizado por Idealista. Una cantidad que está por debajo de los 51 euros de media en España. Este incremento se debe a la subida récord del 7,4% del IPC adelantado en el segundo mes de 2022. El precio mediano en España de un alquiler de un piso de dos habitaciones pasa a 746 euros al mes, lo que supone 617 euros más al año. En el caso de las capitales de la comunidad, oscilan entre los 380 euros de Ávila y los 400 de Palencia a los 550 euros de Soria y Valladolid, pasando por los 500 euros de Salamanca y Segovia.