Un líder tiene que demostrarlo en las buenas y en las malas, ganando encuentros cómodos en el Ruta de la Plata pero también tiene que saber sufrir en campos complicados, como sucedió ayer en Cebreros (2-4). Los rojiblancos lograron ayer una trabajada victoria en El Mancho ante un conjunto local muy combativo y que plantó cara hasta el final a la escuadra entrenada por Balta. Los rojiblancos, que se adelantaron muy pronto en el marcador en cada una de las dos partes, supieron gestionar su ventaja en los minutos finales, cuando los abulenses pusieron el 2-3 en el minuto 87 y con él la incertidumbre. Sin embargo, un tanto postrero de Nata dio los tres puntos a los zamoranos que mantienen su ventaja de 8 puntos con sus perseguidores. Ayer Balta sorprendió con su once y en el centro del campo apostó por Andoni y Juanan que volvía a vestirse de corto dos meses y medio después y que se vio recompensado con el gol inaugural. También hubo variaciones en la pareja ofensiva y es que fue Nata, que también vio portería, quien acompañó al pichichi como complemento a los bandas, Moreira y Aarón Aguado, que también sumaron sendos goles a sus casilleros personales.

Con este nuevo triunfo, el Zamora alarga su racha y suma 39 puntos, ocho más que la Gimnástica Segoviana, nueve más que el Palencia y diez más que el GCE Villaralbo, que cierra el grupo que a día de hoy jugaría la fase de ascenso a Segunda División B.

Respecto al duelo, no pudo empezar mejor para los intereses zamoranos. Apenas se habían disputado cinco minutos de encuentro cuando Juanan desequilibraba para los de Balta. El centrocampista enganchó una potente volea desde la frontal tras servicio desde la banda de Edu Ruiz que entró por la mismísima escuadra. Los rojiblancos lograban ponerse por delante en el reducido terreno de juego de El Mancho, un campo donde sabía que no iban a estar cómodos.

La Cebrereña no tuvo otra que estirarse ante los suyos. El cuadro abulense empezó a presionar más arriba, dificultando la salida del balón de un Zamora que, ahora sí, no encontraba la forma de desarrollar su juego sobre el irregular césped. El juego vertical de los locales, asimismo, generaba mucho peligro sobre la espalda de los rojiblancos. No tardarían en poner los de Cebreros las tablas en el tanteador. Terleira (ex del Villaralbo y viejo conocido), antes de la media hora de juego, transformó un libre directo en el empate a uno. El empate a uno equilibró la contienda, aunque fueron los anfitriones los que gozaron de alguna ocasión más para irse al descanso por delante en el marcador. El Zamora aguantó las acometidas de su oponente para llegar con el oxígeno justo al entretiempo.

Por fortuna para los intereses rojiblancos la dinámica cambió tras el paso por vestuarios. De nuevo un gol psicológico permitió a los de Balta ponerse por delante, y sería de nuevo en un soberbio tanto, esta vez de Moreira. El de Salamanca ensayó un potente "voleón" desde la media distancia que fue inalcanzable para el meta abulense Juan, que solo pudo seguir la trayectoria del esférico.

Ahora sí parecía que el Zamora asestaba un mazazo duro a una combativa Cebrereña. Pero nada más lejos de la realidad. Los locales continuaron a lo suyo, fútbol directo sobre sus referencias ofensivas, con un Terleira muy participativo y profundo en el desmarque. El "11" de los locales era un quebradero de cabeza para la retaguardia zamorana y Miguel tuvo que multiplicarse para evitar la igualada, ya que un tanto de la Cebrereña en esta fase del partido podría haber sido letal. Sin embargo, el tanto llevaría color rojiblanco. De nuevo tiró de estrategia el conjunto de Balta para poner tierra de por medio en el marcador. Edu Ruiz la puso desde la banda, Nata peinó el cuero y Aarón Aguado, que llegaba desde atrás, la puso en el fondo de las mallas en lo que fue el primer tanto de la temporada para el delantero zamorano. No pudo funcionar mejor la pizarra para un Zamora que, ahora sí, parecía encarrilar los tres puntos hacia el Ruta de la Plata.

Sin embargo esta Cebrereña es un equipo complicado, especialmente cuando juega como anfitrión. Los abulenses saben sacar partido a las reducidas dimensiones del terreno de juego de El Mancho. Así Terleira metió emoción de nuevo al envite en el 87. El Zamora, no obstante, no se dejaría sorprender y remató la faena en la acción siguiente. De nuevo una jugada a balón parada valió a los rojiblancos para establecer el 2-4 definitivo. Moreira la puso en un servicio desde la esquina para que Nata pusiera el tanteador final.

Con todo, un trabajado encuentro y tres puntos más para el zurrón de un todopoderoso líder que continúa mandando con mano de hierro al frente de la tabla de clasificación. Los de Balta no se despistan y siguen sacando los partidos adelante con suficiencia. Ayer en Cebreros, sin embargo, hubo que trabajar de lo lindo.