La policía nacional ha desarticulado dos clanes de nacionalidad rumana que obligaban a decenas de mujeres a practicar la prostitución y a entregarles después gran parte del dinero obtenido. Llegaban incluso a tatuarles en las muñecas códigos de barras en los que constaba su deuda con la red. La policía ha liberado a una de sus víctimas que permanecía secuestrada y estaba siendo sometida a vejaciones por tratar de fugarse.