Agua caliente con limón en ayunas: ¿timo o verdad?

Parece que tomar esta bebida es la panacea, pero abundan los mitos

Agua con limón.

Agua con limón. / Gettyimages

P. O.

Lo dicen las famosas pero también las abuelas: las bondades de tomar un vaso de agua tibia con limón nada más levantarse es más depurativo que cualquier otro método existente. Algo fácil, a mano y que pone a punto el organismo antes de enfrentarse a un duro -o no- día. Desde que famosas del calibre de Gwyneth Paltrow, Paulina Rubio, Miranda Kerr o Beyoncé hablaran sobre ello, este remedio casero se ha vuelto viral.

¿Mito o realidad?

Porque si todas las virtudes y beneficios que se prodigan del agua tibia con limón fuesen ciertas, estaríamos ante el elixir de la eterna juventud. Una cosa es cierta: si se consume con medida, es saludable y recomendable, pero no te sentirás repentinamente otro hombre o mujer ni tendrás una energía desbordante durante todo el día. Como mucho, regularás tu intestino, que no es poco.

Los productores de limones se enfrentan a un mercado saturado.

Los productores de limones se enfrentan a un mercado saturado. / AXEL ÁLVAREZ

Lo que no es verdad

Vamos a separar la paja del grano. Hay virtudes, sí, pero también mitos. Desmontamos lo que no es verdad:

  • Que adelgace: que el agua tibia con limón haga que nuestro metabolismo comience a quemar grasas es rotundamente falso. No hay ningún sustento científico en esta afirmación. Pasa que sí que sacia el hambre, lo que lleva a que se reduzca la ingesta de alimentos, y esto llevará consigo a la larga la bajada de peso. Pero no hay que mezclar ´churras con merinas´. Si nos seguimos atiborrando, o seguimos sin hacer ejercicio, no habrá resultado alguno.
  • Es un remedio contra el acné: falso porque no hay evidencias científicas que avalen esta suposición. El agua con limón tiene otras propiedades buenas para la piel -favorece la generación de colágeno, por ejemplo-, pero no vas a notar que los granitos desaparezcan. Y si lo notas, es probable que sea porque hayas cambiado algún hábito más en tu forma de vida, no solo por el agua con limón.
  • Mejora el estado de ánimo: Otra creencia que no tiene base científica. Hay quien atribuye al limón, por su aroma y su aporte vitamínico, propiedades energizantes, e incluso correctivas de enfermedades psicológicas como la depresión o la ansiedad, pero lamentablemente esto no puede decirse que sea cierto.Alivio de la acidez estomacal: para nada, y en todo caso, al contrario. El limón tiene una acidez elevada que hará que la sensación de ardor en el estómago, si la estás padeciendo, pueda ir a más.

Lo que sí es verdad

  • Es baja en calorías y tiene efecto saciante: un vaso de agua con el zumo de medio limón no contendrá más de seis calorías. Además, su efecto saciante hará a priori que reduzcamos la ingesta de otros alimentos más calóricos, lo que a la larga si que hará que controlemos el peso. Esta sensación de saciedad se debe a que el limón contiene mucha fibra dietética. Esta es la única propiedad del agua tibia con limón que podríamos asociar a la pérdida de peso. Pero que tenga efectos adelgazantes per se ya hemos visto que no es cierto.
  • Gran aporte de vitamina C: es lo que hace del limón una fuente para la producción de colágeno, que el cuerpo cicatrice las heridas más rápido y se refuerce el sistema inmunológico. Además, protege de sufrir enfermedades crónicas cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas y otras como las cataratas. Todo esto ya debería ser un motivo para empezar a incluir el limón natural en la cesta de la compra. Pero con cuidado, porque un exceso de vitamina C trae consigo diarreas y dolores de estómago.
  • Es laxante: Si estás estreñido, el agua tibia con limón puede serte de ayuda. Cuando ingerimos un líquido, especialmente si está caliente, tiene lugar en el colon un movimiento peristáltico por el efecto gastro-cólico, que colabora en la defecación. Además, el limón es una reserva de flavonoides, que ayudan a la asimilación de los alimentos y mejora el proceso digestivo. Si le añades cáscara rayada al mejunje, o dejas que caiga pulpa al exprimir la fruta, le añadirás pectina, que regula la función intestinal.