Iglesias llenas y caperuzos en la mano en el Viernes Santo en Toro: suspendida la procesión de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla

La amenaza de lluvia deja "en casa" una de las procesiones más emblemáticas de la Pasión cermeña

Lucía San José

La lluvia, de nuevo protagonista en el día grande de la Semana Santa, puesto que obligó a suspender la procesión general del Viernes Santo en Toro. Solo ha dejado hacer los movimientos imprescindibles a la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla: trasladar el Ecce Homo a la iglesia de San Julián y colocar a la Soledad para pasar el Sábado Santo en vela.

Esta madrugada, más de quinientos cofrades esperaban poder sacar sus pasos a la calle, pero a las 7:00 horas la decisión ya estaba tomada: tampoco hay hoy procesión. “No podemos exponer un patrimonio como el que tenemos y que caiga sobre él una tromba de agua, que podría pasar”, señala el presidente de la cofradía, Crescencio Álvarez. En su lugar, han obsequiado a todos los hermanos con un mollete de pan, una tradición que lleva miles años acompañándolos.

Así fue el momento de la suspensión

Los cofrades de Jesús de Nazareno y Ánimas de la Campanilla se reunieron a las 6:00 horas para el tradicional sermón que da paso a la procesión. Todos vestidos con sus trajes negros y morados, y los largos caperuzos se quedaron a las puertas de la Colegiata. Dentro del templo, los creyentes optaron por hacer un “acto fundamental”: adorar al Santísimo con una oración. La lluvia provocó que se tuviesen que replantear durante varios minutos hacer un recorrido más corto o suspenderlo. Finalmente, el presidente concluyó que había que “anteponer la razón al sentimiento” y la procesión no salió a la calle.

A pesar de los altercados, la Semana Santa tenía que seguir, por ello debía estar todo listo para los próximos actos. Los cofrades que aún seguían en la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina trasladaron a la Soledad al lugar que le correspondía para que la imagen pase el día siguiente en vela acompañada de los toresanos. En torno a las 12:00 horas, los hermanos llevaron el Ecce Homo a la iglesia de San Julián, “tal y como manda la tradición”, explica el presidente.

Antiguamente, los cornetas avisaban a los trabajadores para que dejasen sus ocupaciones y acompañasen a Jesucristo, no sin antes almorzar un trozo de pan. Desde entonces, la Cofradía Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ofrece a los hermanos este alimento y estuvieron repartiendo molletes más de una hora.

Un nuevo revés de la lluvia en Toro, pero los cofrades siguen mirando al cielo para continuar con el programa. A las 20:00 horas está previsto que salga la procesión de Jesús Muerto del Santo Sepulcro.