Hacer las maletas con destino a… la otra punta del mundo

Jóvenes toresanos viajan a otros países con el objetivo de aprender idiomas o buscar nuevas experiencias

Manuel Rioja en un día de pesca en Cork, Irlanda.

Manuel Rioja en un día de pesca en Cork, Irlanda. / Cedida.

Irene Alfageme

Australia. Irlanda. Nueva Zelanda. Estos son algunos de los destinos que han elegido jóvenes toresanos para buscar nuevas oportunidades. Ya sea por la búsqueda de trabajo, conocer nuevas culturas o aprender otros idiomas, muchos jóvenes deciden dejar su ciudad en España, de forma temporal, para buscar nuevos conocimientos y experiencias. “Siempre que salgo es con la idea de conocer la cultura, la ciudad, el ritmo de vida y, sobre todo, conocer gente de otros lugares, además de conocer el idioma un poco más en profundidad”, afirma Manuel Rioja, un joven que estuvo en Irlanda varios meses y que, actualmente, hará las maletas rumbo a Nueva Zelanda.

Marcharse de su ciudad, de su “zona de confort”, puede ser un paso complicado, pero “merece la pena”, según aseguran los jóvenes toresanos que dieron el paso. Rioja considera que irse al extranjero es una manera “de formarte como persona”, ya que al irte a un país desconocido solo es una forma de empezar de cero: “eso te ayuda a reflexionar y a hacerte preguntas que en tu zona de confort nunca te habrías hecho. Te pones a prueba y te sientes bien con el proceso”, incide en joven.

Rioja primero se fue a la ciudad de Cork, en Irlanda, de Erasmus, una experiencia que le gustó tanto que decidió volver tres años después durante medio año en busca de trabajo. El joven ya conocía la ciudad y le gustó tanto su ambiente, la ciudad, la forma de vida, la gente… que decidió volver. Actualmente, está haciendo las maletas rumbo a Nueva Zelanda, destino al que irá durante 1 año, ya que es lo que le permite el visado. En esta ocasión Rioja indica que sus motivos para ir son varios: quiere conocer nuevos lugares, el idioma, a la gente…también quiere vivir nuevas experiencias, salir de su “zona de confort”, y por ello Nueva Zelanda, un país a la otra punta del mundo, es el sitio más indicado.

Similar es el caso de la joven Cristina Fortuoso que decidió coger un avión rumbo a Australia, desde abril, hasta agosto de 2023. Los motivos de ese viaje a la otra punta del mundo fueron varios: en primer lugar, la joven necesitaba conseguir la titulación del idioma para poder entrar en el máster; además, también le pareció buena idea vivir en un país donde se hable inglés y así “coger fluidez con el idioma”. “Siempre me había llamado la atención la experiencia de vivir un tiempo en el extranjero, y, al haber terminado la carrera el año pasado, decidí que era un buen momento para hacer algo que quizás en un futuro no podría hacer”, detalla Fortuoso.

Cristina Fortuso en su estancia en Australia

Cristina Fortuso en su estancia en Australia / Cedida.

Al principio la joven se sentía indecisa en su elección, ya que sus opciones eran Irlanda o Australia. Finalmente, eligió la segunda opción por el tema del trabajo, que, aunque no fuera el motivo principal de su viaje, sí que ayudó a tomar la decisión final: “El tema del trabajo también fue importante al tomar la decisión de elegir el destino, ya que de alguna forma me tendría que mantener allí y pagar la academia de inglés a la que iba cada día”, narra.

En el caso de Rioja, el joven afirma que muchas personas que creen que únicamente va por dinero, pero la realidad es otra: “el trabajo, en mi caso, es secundario”, resalta. Lo principal para el joven es la búsqueda de nuevas experiencias, conocer otras personas, lugares, idiomas…; aunque, sí que indica que, tanto en Irlanda, como en Nueva Zelanda, si la persona se organiza bien “puedes ahorrar mientras aprendes y así poder costearte viajes a futuro por otros lugares”.

Cada persona es un mundo, por lo que vivir una experiencia así también. En este caso, los dos jóvenes opinan que, en un primer momento, la experiencia fue dura. En su llegada al país, Rioja dormirá en un hostel compartiendo habitación, hasta que encuentre una casa definitiva; un momento “difícil”, ya que al comienzo no se conoce a nadie y es todo nuevo. “Esta parte es la más dura, pero es la más gratificante y la que más me apasiona, ya que te mantiene alerta las 24 horas del día”, detalla. Según va pasando el tiempo, la rutina forma parte del día a día y “te logras conseguir adaptar a la ciudad”, detalla. “En ese momento esa cuando que mi cabeza empieza a buscar nuevos lugares a los que poder irme”, manifiesta el joven, que espera vivir en Nueva Zelanda una gran experiencia, aunque diferente, ya que está en la otra punta del mundo.

Y es que hacer las maletas con destino a la otra punta del mundo no es fácil. La experiencia de Fortuoso fue más complicada: cada día era un reto diferente para la joven, incluso salir al supermercado más cercano lo era. A pesar de ello, la joven asegura que sí que aprendió bastante y, sobre todo, se siente orgullosa de haber dado el paso ella sola. Para costear su vida allí, trabajó de varias cosas: desde ser camarera, niñera, dar clases particulares en español o hasta llegar a trabajar en un almacén. En líneas generales, a la joven le costó adaptarse a esa nueva forma de vida, pero, a pesar de ello, conoció a mucha gente de todas las partes del mundo que van buscando experiencias y aventuras que vivir lejos de casa.

Suscríbete para seguir leyendo