Opinión

Carroñeros

Los que pasan su vida alimentándose de los cadáveres, de los muertos o de los casi muertos

BUITRES CARROÑEROS ALIMENTANDOSE DEL CADAVER DE UNA VACA

BUITRES CARROÑEROS ALIMENTANDOSE DEL CADAVER DE UNA VACA

El equilibrio que nos muestra cada día, el orden natural de las cosas, es verdaderamente llamativo. Nace y muere el sol cada día, para cada día volver a repetir la misma función. Se dan épocas lluviosas cuya duración es variable, junto a otras de naturaleza seca, lo mismo que se pueden observar zonas fértiles junto a otras muy productivas, o geografías hermosas pobladas de grandes montañas y regadas por grandes ríos, junto otras llanas donde el horizonte se confunde con la tierra, la diversidad es una riqueza enorme, de la que la inteligencia del individuo extrae sus frutos, haciéndole la vida más amble.

Si esta concepción de la diversidad de las cosas, la trasladamos al área de los animales, nos encontraremos, desde los más pacíficos a los más fieros, desde los más cercanos a los ciudadanos, a los que no pueden tener acceso, desde los que vuelan hasta los que reptan, o se mueven por el agua, desde aquellos que pueden ser compañeros de las personas, a los que las traicionan, matan y les sirven de alimento. Son innumerables las formas de vida, las formas de comportamiento, los colores y tamaños, su riqueza es casi infinita, de tal forma que son muchos los aún desconocidos.

Algo de esto ocurre con los humanos, aquellos animales racionales a los que pertenecemos, cada uno es singular, es diferente, distinto y único, pero como los animales, para su defensa, además de para su mejor ataque, han aprendido a vivir en grupo, siendo estos de diferentes formas y colores, de acuerdo con su lugar dentro de la convivencia general, de tal forma que, potencialmente, cada actividad a desarrollar por el individuo, dispondrá de uno o varios grupos, generalmente representativos de la colectividad. Podemos traer al presente el fútbol, las corridas de toros, la universidad y sus diferentes escuelas y facultades, la cultura en general, o cualquier actividad específica… siempre nos encontraremos a un colectivo defensor, que actúa de vanguardia, para la conservación más pura de la actividad.

La diversidad es una riqueza enorme, de la que la inteligencia del individuo extrae sus frutos, haciéndole la vida más amble

Hoy quisiera comentar lo más singular, pero no por ello raro, escaso o limitado, los carroñeros, esos animales como el buitre, la hiena, el escarabajo… que pasan su vida alimentándose de los cadáveres, de los muertos, o de los casi muertos; los huelen, los persiguen, y el mamífero desde la tierra que ve volar a un grupo de buitres, allá se dirige, hay un muerto, y todos como uno a limpiar los huesos, hasta dejarlos inmaculados.

Esta actividad tan denigrada, por lo repugnante, tan marginal y oscura por lo que conlleva de destrucción y aprovechamiento, el individuo la maneja cada día mejor, se podría decir con sabiduría, porque la prolonga en el tiempo, y con ello su sustento, ¿de no ser así que haría? Lo acabamos de observar en la persona de la Princesa de Gales, mujer joven, agradable, de vida sencilla, madre de tres hijos, que siempre ha sabido conservar la compostura, que desgraciadamente sufre una enfermedad, que requiere cirugía, y que al final se trata de un cáncer, desde siempre manifestó que, informaría públicamente de su estado de salud, después de Semana Santa. El público ávido de saber, se olvidó de este mensaje, y pronto comenzaron los comentarios de diverso tipo, ¿habría procedido a una intervención de cirugía estética?, ¿tendría problemas con su marido dado que, se vivía la impresión que tenía una amante?, tertulias carroñeras, por todas las emisoras de radio, TV, redes sociales, rincones de bares, comentarios de la calle entre amigos, familias, compañeros de trabajo, profesores de escuela, todos, de alguna forma, hemos ido emitiendo nuestra opinión, a propósito del estado de una mujer, que siempre ha sabido estar en su lugar, dando un ejemplo de comportamiento.

La carroña, después de conseguir que la princesa haya hecho público su estado de salud, desde un ejemplo de inteligencia comunicativa, mostrándose serena, y recordando que tiene tres hijos, a los que explicar un hecho dramático, para la vida de una familia, además de dar ánimos a las personas que se encuentra en su estado, la carroña sigue, y sigue con otro tono, pero sigue, comentando en tono de mea culpa, "le exigimos demasiado, no tuvimos la paciencia que requería la situación, es un ejemplo de mujer y no merece este trato, nos faltó paciencia…". Pero somos así, por lo que, con otras coordenadas, se sigue manteniendo el fuego por los múltiples carroñeros, persistiendo en la insuflación del fuego, y sumando otros temas, referidos al comportamiento de los ejecutores de la política, que siempre engendran polarizaciones, y estas, fanatismo, pero es igual, "a deglutir cadáveres".

Médico psiquiatra

Suscríbete para seguir leyendo