Opinión

Los hogares españoles y el ahorro

CARTAS

CARTAS

"Gasta siempre una moneda menos de lo que ganes". Cesare Cantú.

En los últimos años, según hemos podido leer en la prensa económica, España es la economía de la Unión Europea en la que menos se ahorra. El ahorro de los hogares españoles se redujo en los últimos años, mientras el consumo creció por encima de la media europea, lo que ha motivado que debido al aumento del índice de precios al consumo, del orden del 10%, las familias españolas tengan que recurrir al crédito.

Es patente que la inflación nos ha afectado a todos, lógicamente, no en la misma medida. Si durante la pandemia aumentó el ahorro familiar, es evidente, que tras la pandemia, y a consecuencia de aumentar el consumo, especialmente en ocio y restauración, y subir los precios, ha afectado al ahorro, al bolsillo, a la hucha, a la buchaca de las familias españolas. Por otra parte, según las estadísticas en España es donde menor cantidad de renta destinan o apartan las familias al ahorro. El gasto aquí en España creció por encima de la media europea y, en cambio, la renta sufrió la mayor caída.

Recuerdo que en la asignatura de Economía Política siempre nos explicaban que la renta disponible de las familias podía destinarse al consumo o al ahorro. En consecuencia, si se aumenta el consumo disminuye el ahorro, lo que también se acentúa con la disminución de la capacidad adquisitiva por el aumento de los precios de los servicios y bienes de consumo en general.

Según estadísticas recientes, del orden del 33% de los ciudadanos que han sido encuestados ha reducido el consumo y del orden del 38% han reducido su ahorro. Otros hogares para mantener el "nivel de vida" han tenido que recurrir al crédito, aumentar el número de horas de trabajo o buscarse un segundo trabajo, cosa nada fácil en el momento presente que nos toca vivir. Tal vez tienen que revisar su nivel de vida a la baja. Leía recientemente que el crédito al consumo en España se ha incrementado del orden del 11%, muy distante de la eurozona, donde está del orden del 1,5%. Son tiempos de apretarse el cinturón si no queremos ir a una situación de precariedad familiar.

En otras columnas anteriores, sobe temas relacionados con la economía familiar, mis lectores recordarán que siempre he hecho referencia a que un sueldo da para lo que da, aunque parezca una verdad de perogrullo, pero es la auténtica realidad. Los sueldos no son gomas que se estiran, pueden dar un poco más de sí administrándolos con método y sabiendo comprar.

Según el Banco de España "los hogares con la renta más baja destinan el 86% de su renta a cubrir los gastos esenciales (esto corresponde a los gastos en alimentación, suministros, alquiler de vivienda y deudas) y el 4,1% de las familias ni con su renta ni aun tirando de sus ahorros".

Le viene como anillo al dedo el refrán castellano: "De donde sacas y no pon, pronto se llega al hondón".

Cada familia analice su situación y aplique las medidas a su alcance, porque la espiral inflacionista nos está afectando a todos aunque, a decir verdad, no de forma igual. A menor renta menor poder adquisitivo y, en consecuencia, menor o nula capacidad de ahorro. Reconozcamos nuestra situación y obremos en consecuencia. No olvidemos que la economía es la ciencia de la escasez y ahora pintan bastos.

"Quien compra lo superfluo no tardará en verse obligado a vender lo necesario". Benjamin Franklin.

Pedro Bécares de Lera

Suscríbete para seguir leyendo