Opinión

Cuaresma 2024

CARTAS

CARTAS

"Dios no quiere súbditos, sino hijos".

La Cuaresma es tiempo de conversión, de oración, de reconciliación, de perdón y camino a la libertad.

En este período de camino hacia la Pascua de Resurrección, hacia la Pascua del Señor, hemos de prepararnos para la conversión a la humildad, a la sencillez, a la fraternidad, a compartir con nuestros hermanos y a apartarnos de los ídolos del mundo actual, que como nos ha recordado el papa Francisco "estos ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven. Los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo."

Si la Cuaresma es tiempo de conversión hemos de fomentar la paz, el encuentro y detenernos en la oración, para acoger la Palabra de Dios, y como nos ha recordado el papa Francisco detenerse como el buen samaritano, ante el hermano herido, ante el hermano necesitado de consejo, de compañía, de una palabra de aliento de ánimo. La soledad es uno de los grandes problemas del mundo actual, que sufren muchas personas de nuestro entorno. ¡Qué importante es saber escuchar!

Ha circulado un whatsapp, que seguramente, muchos de uds., queridos lectores, han leído, en el que el papa Francisco propone unos sencillos actos de caridad, que me he tomado la licencia de recordárselos: saludar con alegría, dar las gracias, escuchar con amor, ayudar, dar ánimos siempre, desprenderte de lo que no usas y dárselo a los necesitados, tener buenos detalles, ayudar a los demás, una llamada telefónica siempre se agradece, etc...

Hemos de transmitir Paz, Confianza, Alegría y Vida. La vida diaria está compuesta de cosas sencillas, por ello sencillo ha de ser nuestro comportamiento con las personas de nuestro entorno. El día pasado, en la Iglesia del Corazón de Jesús, de los PP. Jesuitas, de Valladolid, en la celebración del Sacramento de la Reconciliación repartieron unas hojas en las que se recogía:

"La doble medida

Señor, disculpa mis flaquezas,

mis caídas y silencios.

Dame otra oportunidad.

Olvida mis negaciones,

mi tibieza, mis eternas contradicciones.

Ábreme otra vez la puerta,

acógeme en tu casa

y en tu abrazo.

Tú, que sabes cómo soy".

Hemos de revisar nuestro mundo relacional con Dios, con los hermanos, con la naturaleza y con nosotros mismos.

Un tiempo que no podemos posponer. Un tiempo para que Dios actúe en nuestra vida. Un tiempo para recuperar la alegría de la fe. Estamos a tiempo para reflexionar sobre nuestra conducta y cómo actuamos. Les recomiendo la lectura del evangelio de San Lucas, referente al Hijo Pródigo.

Espero y deseo, que estas breves líneas les sirvan de reflexión y ayuden a mejorar su relación con Dios y con los hermanos. Nunca es tarde si la dicha es buena. Gracias.

Pedro Bécares de Lera

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