Zamoreando

Me quedé de un aire

Nos conformamos con menudencias que van saliendo aquí y allá

Primeras imágenes de Víctor de Aldama, en libertad.

Primeras imágenes de Víctor de Aldama, en libertad. / / EFE

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Con fruición y entusiasta alegría me pongo a leer el periódico el pasado domingo y en la mismísima portada, sin profundizar más, me quedé de un aire. Si no llegó a seguir leyendo creo que todavía no me habría recuperado. Reproduzco el titular: "Una empresa busca 140.000 toneladas de estiércol en Zamora para obtener biometano". La sorpresa fue tan grande que no acerté a leer lo de "para obtener biometano" y me quedé con las toneladas de estiércol. ¡Tate!, me dije. El Caso Koldo que cada día es más "caso Aldama" ha puesto sobre la pista de los corruptos a una empresa que en sus indagaciones ha llegado hasta Zamora. ¡Lo que nos faltaba!, me dije. ¿Será posible que el asunto salpique tanto a nuestra tierra?

Este Aldama, con eso de llevar cosido a su nombre la coletilla de "presidente del Zamora Club de Fútbol", nos está haciendo la puñeta. ¿Qué habrán descubierto? Cada vez hay más gente implicada. Y aunque el ventilador socialista intenta esparcir el estiércol a los de enfrente, entendiendo por tales a los del Partido Popular, buena parte del Gobierno pasado, representado en Illa, y presente, representado en Marlaska y para más Inri, también Francina Armengol, están tocados y hundidos. Lo que pasa es que se les mantiene a flote a pesar de lo agónico de la situación en la que se encuentran. ¡Que incomodidad!

Me temía lo peor. Ver de nuevo el digno y hermoso nombre de Zamora, envuelto ahora en estiércol de la peor clase, la de la corrupción, la de la mentira, salpicando a más gente, la lista es interminable, por culpa de Aldama, que mucha culpa tendrá cuando forma parte de todas las quinielas. Tras el primer impacto, tras el susto primero, me dio por seguir leyendo y ya fue cuando descubrí que nada tenía que ver con el Caso Koldo que cada día que pasa es más "Caso Aldama". Se trataba de una sociedad que construirá una planta transformadora en San Cebríán de Castro con una inversión de 25 millones de euros. No sé qué decirle, pienso en la putada que le han hecho a los promotores de la biorrefinería de Barcial del Barco, importante iniciativa empresarial, un proyecto ilusionante y viable que sería punta de lanza del desarrollo de la provincia y como que cruzo los dedos y toco madera.

En Zamora cada vez que hay un proyecto ilusionante, cada vez que hay una iniciativa generadora de puestos de trabajo, cada vez que alguien intenta que despeguemos del suelo al que parecemos pegados con "loctite", una mano negra o unas cuantas, matan la ilusión a fuerza de echar abajo el proyecto. Ni que les des el proyecto hecho, ni que les des opción a hacerlo, parece que alguien quisiera que los zamoranos no prosperásemos. Malditos aquellos que acostumbran a matar el hambre de ilusiones en los que tienen ganas de luchar.

Algunas administraciones son como un muro infranqueable con el que se choca una y mil veces. Les falta la necesaria ilusión, la diligencia, la iniciativa ineludible para progresar adecuadamente y lo grave es que tampoco dejan que aflore en los demás. Así nos va. Nos conformamos con las menudencias que van saliendo aquí y allá y ahí nos las dan todas. Encima, hay que soportar a los que se aprovechan de las circunstancia y con dinero público intentan hacer el agosto en esta construcción o en aquel proyecto. Las administraciones deberían tener una más que necesaria "lista negra" para evitar ciertas situaciones engorrosas que se repiten con demasiada frecuencia.

Menos mal que el titular no iba por donde, ya angustiada, me fui yo, pensando en que lo del caso Koldo, que cada día que pasa es más caso Aldama, se estaba convirtiendo en una pesadilla que empieza a afectar al buen nombre de Zamora.

Suscríbete para seguir leyendo