Siete días y un deseo

En defensa de mi Universidad

Dice el autor que la humanidad se encuentra en un estado deplorable

Una imagen de la Universidad de Salamanca.

Una imagen de la Universidad de Salamanca. / Shutterstock

José Manuel del Barrio

José Manuel del Barrio

Un día te levantas de la cama, haces las cosas de siempre (pis, lavado, desayuno, etc.), consultas las noticias y zas: te enteras de que llevas trabajando desde hace 33 años, un mes y 19 días en una empresa que, habiendo sido diseñada para agrandar la cultura, se ha convertido en una máquina de censura, coacción, adoctrinamiento y antisemitismo. Ya saben que la empresa es la Universidad de Salamanca, de la que siempre me he sentido muy orgulloso y a la que, después de tanto tiempo vinculado a ella, considero mi segunda casa. Por eso, que alguien arremeta en esos términos contra el centro universitario más antiguo de España y, ya de paso, contra las Universidades de Bolonia y Harvard (casi nada, ¿verdad?), me dejó atolondrado. Imagino que ya conocen el caso, al autor de las declaraciones y el lugar en que fueron realizadas: la Conferencia Política de Acción Conservadora en Estados Unidos. Pues eso, que el otro día me levanté de la cama y descubrí que llevaba más de 33 años en la inopia, respirando el aire de la censura, la coacción, el adoctrinamiento y el antisemitismo. "¡Qué fuerte! ¿Pero cómo es posible que no te hayas dado cuenta hasta ahora y, lo que es peor, que nadie te lo haya comunicado con tanta claridad?", me interrogaba. Y es que preguntar (a los demás y a mí mismo) suele ser habitual en quien escribe estas palabras.

Tras asimilar las declaraciones y no encontrar respuesta a las dudas que me asaltaban, proseguí el día con la consulta del correo electrónico. "¡Ostras, qué pasada", pensé. En la bandeja de entrada tenía un mensaje que hacía alusión a un comunicado del Rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, mi jefe, en el que se despachaba a gusto. En 113 palabras, el Rector ponía los puntos sobre las íes. Rescato una frase que lo resume casi todo: "Quien insulta desde la falta de información a nuestra Universidad, al fin, demuestra poco aprecio por la imagen internacional de España". Y me volví a sentir orgulloso de mi Universidad, donde siempre he respirado el aire del respeto a las personas, la democracia, el pluralismo. Por eso, cuando alguien arremete contra mi Universidad, puede hacerlo desde la ignorancia o, lo que es peor, desde la estupidez, tal y como la entiende el historiador y economista italiano Carlo Cipolla en su libro "Allegro ma non tropo: las leyes fundamentales de la estupidez humana", donde presentó su famosa Teoría de la Estupidez. Dice el autor que la humanidad se encuentra en un estado deplorable, lo cual se debe en buena medida a la abundancia de los estúpidos, la más peligrosa categoría de seres humanos, que nos rodean por todas partes, dispuestos a hacernos daño (y hacérselo a sí mismos). ¡Dicho queda!

Suscríbete para seguir leyendo