En el Centenario del nacimiento de Luis Cortés Vázquez

Hoy celebramos el centenario del nacimiento de un "zamorano" ilustre: Luis Leocadio Cortés Vázquez (Caravaca de la Cruz, 13 de febrero de 1924- Salamanca, 14 de febrero de 1990). Catedrático de la Universidad de Salamanca, filólogo, etnógrafo eminente, cineasta, fotógrafo, escritor y ornitólogo notable.

No nació en Zamora por el azar de estar por aquel entonces destinado su padre, pericial de aduanas, en la villa murciana famosa por su Cruz. Sin embargo, Paulette Gabaudan, su esposa, señala que "se sintió siempre zamorano por serlo su madre y por haber vivido su niñez y adolescencia en Zamora". Tras una corta temporada de su pequeña infancia en Lumbrales y La Fregeneda (Salamanca), vivió largas temporadas en Fermoselle, en casa de su abuelo materno, el boticario don Leocadio Vázquez. De ello hace gala al enorgullecerse de ser "hijo de sayaguesa, nieto de sayaguesa y tataranieto de la misma raigambre, sayagués y fermosellano remontando mi femenil ascendencia hasta los tiempos de la Maricastaña y la Nanita, si por ventura no alcanzaren mis últimas raíces a los días mismos de Viriato".

A los once años su familia se traslada a Zamora capital y e ingresa en el Instituto Claudio Moyano, de reconocido alto nivel intelectual tanto de sus alumnos como de los profesores.

En 1942, marchó a Salamanca para cursar estudios en la Facultad de Letras. Pronto inició sus incursiones en el terreno de la investigación etnográfica, dando a conocer, posteriormente, algunos de sus trabajos en la revista universitaria Trabajos y Días, fundada en 1946, coincidiendo, precisamente con la obtención de su licenciatura en Filología Románica.

En sus vacaciones, siempre regresaba a nuestra ciudad y colaboraba en Radio Zamora y en los periódicos El Correo de Zamora e Imperio, así como con el Ayuntamiento, haciendo de intérprete para las delegaciones lusas que visitaban Zamora o para la local en sus viajes oficiales a Portugal. En su corazón y en sus trabajos filológicos y etnográficos Zamora estuvo toda su vida presente.

Por ello, "a finales de la década de los noventa", según consta en el acta nº 02/15 de la sesión plenaria del Excmo. Ayuntamiento de Zamora del 28 de enero de 2015, bajo la presidencia de la alcaldesa. Dª Rosa María Valdeón Santiago y siendo secretario general D. José María García Sánchez.

Bueno será demostrar lo que se dice y muy conveniente dejarlo escrito para la posteridad. A los hechos me remito, referenciando, además de sus preciosos libros: Mi Libro de Zamora (1975 y 1995), Añoranzas y antigüedades de Zamora (1980) y Donde Sayago termina, Fermoselle (1995), los siguientes trabajos sobre temas zamoranos: Aportación al estudio de las peregrinaciones: los caminos occidentales en la Península (1944); Las peregrinaciones jacobeas (1945); Tres cuentos sanabreses del lobo (1948) Excursión lingüística por tierras sanabresas (1948); La leyenda del Lago de Sanabria( 1948); Veinte cuentos populares sanabreses (1949) Dos textos dialectales de Riohonor y dos romances portugueses de Hermisente (1950); Carta de de un bachiller sayagués a un doctor salamanquino su amigo acerca de bujas y conjuros (1951); La leyenda de San el Hospitalario y los caminos de la peregrinación jacobea del Occidente de España (1951); Un problema de toponimia española: el nombre de Zamora (1952); La alfarería de Pereruela (Zamora) (1954), Atlas lingüístico y etnográfico de Sanabria (19555); El pisón de la Salina de Trefacio (1956); Lupianus hidronómico y antropónimo, y la raíz hidronímica lub-, lup- (1958); La alfarería femenina en Moveros (Zamora) (1958); Los últimos batanes de Sayago (Zamora) (1974); La Zamora del siglo XV y los incunables de Antón de Centenera (974); Leyendas zamoranas de origen francés (1977); Refranero de Toro y su tierra (1980); Las mayas de San Martín de Castañeda (1982); Pregón para la Feria de Alfarería de San Pedro (1982); De nuevo en torno a la ciudad sumergida de Lucerna (1987); Mi paraíso perdido (1987); Romances e contos fronteiriços das terras Zamorano-Brigantinas (1987) y Muestra de la toponimia menor zamorana (1999).

Es reconocido su esfuerzo por dar a conocer las artes populares, de cuya investigación fue también pionero e infatigable divulgador. En nuestra ciudad, el Museo Etnográfico de Castilla y León alberga su colección del arte pastoril.

Falleció en Salamanca el 14 de febrero de 1990.

Es de esperar que en la efeméride de su centenario Zamora le rinda el homenaje al que es acreedor por méritos propios, siquiera sea por los aquí mencionados muy sucintamente.

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