España, un atávico país de pandereta

Juan Carlos I.

Juan Carlos I.

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

«El rey emérito Juan Carlos I vuelve a España para otra celebración procedente de Suiza. Oculta dinero en el extranjero, vive en un país del Golfo, no tributa aquí y le gritan, ¡Viva el Rey!» (Jesús Cintora, en vídeo de la red social X).

No andaba muy errado José María Aznar, cuando en marzo de 2008, afirmara que «los españoles tienen cierta inclinación al masoquismo histórico». Porque no se explica que se le aplauda, y se le gritan vivas a un ex jefe de estado, con conocida carrera de presuntas ilicitudes. Un señor que se ha forrado de dinero, a buen recaudo en otros países del extranjero, huye de este país, reacio a dar explicaciones sobre su fortuna, y el motivo de su huida.

Aun encima viene a visitarnos en plan burlón, para disfrutar de regatas en el Bribón, nombre muy ad hoc al calificativo del regio personaje. Cuando no navega se dedica a paparotas, más abundantes que las de la boda de Camacho. Y la mayoría de ellas gratis total. Como hijo pródigo volverá por Navidad, y, como siempre, a preguntas de no dar explicaciones, por su residencia en el extranjero, soltará sonoras carcajadas.

Amén de la acertada crítica de Cintora, es de especial interés cuando acompaña en el vídeo su entrevista al jubilado juez José Castro. Rara avis de la judicatura, que nos abrió la puerta a confiar, momentáneamente, en la administración de justicia. Pormenoriza aquellos presuntos delitos que pudiere haber cometido el emérito campechano. Y da en la clave cuando afirma que Juan Carlos I residirá en Abu Dhabi, a la espera de que prescriba cualquier delito que pudiere imputársele. Prescripciones ya cercanas. El vídeo es altamente recomendable.

En viendo las aclamaciones de un público entregado a un ex monarca fanfarrón, ¿somos o no un país de pandereta? Nada hemos aprendido del pasado. “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo” (George Santayana). ¿Inclinación histórica al masoquismo?. Trescientos años de depravada dinastía borbónica soportada estoicamente, hasta poder repetir históricamente «¡Vivan las caenas!», al recibimiento de la llegada de un rey cobarde. Cobardía amparada por las dos formaciones políticas mayoritarias. En estos días de buenos deseos, no es de recibo que venga este regio bribón a reírse delante de nuestras narices.

¡Salud y República!, son mis mejores deseos para esta Nochebuena y Nochevieja, para todos los amigos y parientes zamoranos.

Abelardo Lorenzo

Suscríbete para seguir leyendo