¿Quién va a pagar los vinos?

El gobierno de España, Puigdemont y sus relatores van de visita al super acelerador de partículas de Ginebra

"The Big Bang Theory".

"The Big Bang Theory".

Bárbara Palmero

Bárbara Palmero

He tenido que pasar por quirófano, y todo gracias a mi nombre. No suena muy bárbaro, pero he llorado y suplicado mucho para que me concedieran el alta voluntaria. Y justo cuando no quedaban ya paredes por las que subirme, fui autorizada para volver a hacer lo que mejor se me da, el cafre.

Mi eterno agradecimiento a los profesionales de la sanidad pública.

Qué le voy a hacer si soy de natural Bárbara. Igual que el tal Bolaños es Félix, y por eso no deja de sonreír. Ni siquiera cuando tuvo a mal no reconocer que el 7 de octubre un ciudadano español fue quemado vivo en la habitación del pánico del kibutz en la que buscó refugio, y una española fue asesinada de manera salvaje por la misma jauría de sádicos.

Según el feliz ministro, nuestros dos compatriotas fallecieron. Así, sin más.

Durante estas semanas en el dique seco, me ha dado tiempo a congraciarme con este mundo falso y de filfa en el que vivo. Sigo sin verle la gracia a esas reggaetoneras recauchutadas, sobre todo después de los Latin Grammy´23 de Sevilla. Por el contrario, he descubierto que soy muy fan de los influencers.

El influencer a quien más sigo es Grigori Perelman. Considerado el hombre más inteligente del mundo por resolver la Conjetura de Poincaré, uno de los siete enigmas matemáticos. Después de renunciar al millonario premio y a la fama, se retiró a un pequeño apartamento en San Petersburgo con su anciana madre y un sueldo exiguo. Del que apenas sale, si acaso para hacer la compra o ir al ballet y la ópera en el Teatro Mariinski.

Genios como este ruso me reconcilian con la humanidad.

Quién necesita una plataforma de pago para ver la tele cuando nuestra clase política genera los mejores contenidos en abierto. La realidad siempre supera a la ficción

También soy follower de Francisco Matorras, catedrático de universidad e investigador del Instituto de Física de Cantabria. Una eminencia en el campo de la física de partículas, dado que con su trabajo contribuyó al hallazgo del bosón de Higgs, y nuestro científico más valorado por el CSIC.

Para quien no lo sepa, el Gran Colisionador de Hadrones del CERN es el acelerador de partículas más grande y de mayor energía que existe en el mundo. Además, es la máquina más grande fabricada jamás por el ser humano. Y está en Ginebra.

A buen seguro que esta es la verdadera razón por la que el Gobierno de todos los españoles, más Puigdemont and company, junto con un grupo de relatores, interventores, mediadores y ángeles de la guarda, se van a reunir en la carísima ciudad suiza, para poder verlo in situ.

Y no porque sean unos dirigentes absolutistas, de esos de todo para el pueblo, pero sin el pueblo, sino porque son fanáticos de la serie The Big Bang Theory. La famosa sitcom televisiva que ha conseguido poner de moda la física hasta entre vendeobreros y perpetradores del borrado de la mujer

Materia oscura y teoría de la súper simetría aparte, los avances de la física y sus aplicaciones en el campo de la medicina suponen una revolución. Por ejemplo: el diagnóstico por imágenes, como la tomografía de emisión de positrones. O tratamientos oncológicos. En especial las terapias de protones, que permiten irradiar a los pacientes de una forma más eficiente que los sistemas convencionales.

Bienvenidos sean estos avances científicos y sus beneficiosas aplicaciones para la salud. Bienvenida la tan cacareada paz entre españoles, aunque no la ha inventado el feliz Bolaños porque lleva vigente desde el siglo pasado. Lo que es criticable es la escapadita a Ginebra para hacer turismo que se han marcado nuestros polítiquillos.

La pregunta no es si el enésimo esperpento nacional va a servir para algo. La pregunta importante es quién va a pagar los vinos. Porque de todos es sabido que esta gentuza en casa acostumbra a beber vino barato, pero cuando la cuenta la pagamos entre todos son más de beber Pingus gran reserva.

Bien dice el refrán que el burro de todos se lo come el lobo. Tal y como anda el patio, lo que no me entra en la cabeza es por qué la gente sigue contratando plataformas de pago para ver la tele, cuando nuestra clase política genera los mejores contenidos en abierto. La realidad siempre supera la ficción.

Dos finales no incompatibles, primero el final triste. Durante la redacción de estas cuatro letras no ha dejado de sonar una y otra vez el clásico "Dirty old town" de The Pogues, en honor a su cantante. El rock pierde a otro icono insustituible, Shane McGowan.

Menuda súper banda que se está montando Dios en el cielo.

Y un final alegre. Tengo que pedir perdón a mi familia, amigos y rebaño de ovejas, por estos días insoportables que les he hecho pasar. Pero es que aún sigo eufórica, sin poder parar de repetir que tengo un hater. Tengounhatertengounhater… No es para menos: Tengo un hater.

(*) Ganadera y escritora

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