Ceporros

Ceporros es lo que somos todos los zamranos, incluido el que subscribe, desde el presidente de la Diputación, al último que ni tiene conciencia de serlo. El día 3 este diario daba cuenta de las quejas de los grupos del desfile de la Mascarada, falta de atención, pésima organización, las botellas de agua a 35ºC, el lunch de despedida había desaparecido, con lo que tuvieron que comprar bocadillos y bebidas para emprender el viaje de retorno, en algunos casos a cuatro horas. Han hecho la promesa de no volver, igual que el año pasado lo hicieron grupos de Asturias y Galicia.

Es un evento sorprendente al que acudo todas la ediciones. Antes del comienzo ya era evidente la falta de guirres y máscaras y una descoordinación organizativa completa. La cabalgata comenzó con veinte minutos de retraso, los participante se fueron integrando a su voluntad sin saber el puesto que les correspondía, en fin una vergüenza.

Los zamoranos somos así, nos da una peluja nuestro tesoro cultural, arquitectónico, histórico antes de mostrarlo orgullosos, preferimos que se llene de polvo en los desvanes de las instituciones provinciales y municipales. Si de verdad Zamora importa, vamos todos a poner nuestro granito de arena, empezando por los responsables políticos para que hagan algo más que peinarse para salir guapos en la foto.

Desde aquí quiero trasladar mi sentimiento a la familia de Ricardo Flecha, zamorano de pro, que ha finalizado su obra pero no nos deja abandonados y verá con orgullo que su magnífica creación es admirada por propios y ajenos, no sería justo que acabara en el desván.

F. Mario Santos

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