Zamoreando

Deconstrucción constitucional

Cómo puede Junqueras con lo que arrastra señalar a nadie como "golpista"

Aznar dice que la amnistía legitima la sedición y es "una invitación a volver a hacerlo".

Aznar dice que la amnistía legitima la sedición y es "una invitación a volver a hacerlo". / JOSÉ LUIS ROCA

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

No sé cómo se atreven. No sé cómo Junqueras, Aragonés y Yolanda Díaz se atreven a levantar el índice acusador para señalar, en este caso, a José María Aznar, llamándole "golpista" y "desestabilizador" de la de por sí desestabilizada España, todo por un comentario que han puesto en boca del expresidente sin que al parecer se corresponda con la realidad. Cómo pueden ser tan hipócritas. Cómo pueden ver una minúscula pajita en el ojo ajeno y no ven el pedazo de viga que atraviesa los suyos.

Cómo puede Junqueras con todo lo que arrastra tras de sí, señalar a nadie como "golpista", cuando por él hablan unos hechos que en otros países habrían tenido peores consecuencias para quien fue uno de sus protagonistas. Cómo puede la líder de Sumar acusar a nadie de hacer un llamamiento a la "rebelión nacional" que, por cierto, está en la mente de tantos, cuando ella ha tenido la desfachatez, ha tenido el descaro de viajar hasta Bruselas para reunirse con un prófugo de la Justicia al que le espera la cárcel, y en medio de arrumacos y sonrisas cómplices y un poco idiotas, todo hay que decirlo, abogar por la vuelta de quien en verdad desestabilizó la democracia y atentó de forma flagrante contra la Constitución.

Nos quejábamos del trío de descerebradas ministeriales a saber, Montero, Belarra y Pam, pero no podemos perder de vista a la gallega que no sabe si mata o espanta, que se apunta a un bombardeo y que babea ante Sánchez por el que parece beber los vientos políticos. Muy poca personalidad, muy poco criterio tiene esta señora que realiza por orden o motu proprio el trabajo sucio, el que otros no quieren hacer y, para más inri, lo hace de buen grado.

No lo digo yo, lo dicen grandes personalidades del orbe de la judicatura, de la política, del mundo empresarial, del periodismo libre y sin ataduras a un lado y otro, incluso los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, se está proyectando una "deconstrucción constitucional", una "disolución nacional" contra la que la inmensa mayoría quiere plantar cara. Porque esa "deconstrucción" está encaminada a contentar a unos pocos, los cada vez más reducidos miembros del independentismo catalán. Gritan más pero cada vez son menos.

Y no. No hay catalanofobia en el resto de España, si acaso independentismofobia que es algo muy diferente. Aquí los únicos que han querido perpetrar un golpe de Estado son los mismos que ahora se escandalizan por lo que dicen que ha dicho un expresidente del Gobierno y que no es muy diferente de lo que dicen otros expresidentes.

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