Zamoreando

Maldito Covid

La conexión inesperada entre la infección y el envejecimiento cerebral acelerado

Prueba de antígenos

Prueba de antígenos / DIEGO VARA

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Nos ha cambiado la vida y la salud. Está ahí. Sigue al acecho. Planeando sobre nuestra salud. Despertando nuestros miedos. No sucede lo ocurrido durante la pandemia, pero lo cierto es que el covid sigue matando. Si no fuera por las vacunas. Pero es que, dichosos peros, las vacunas también han causado estragos en nuestro organismo.

No terminamos de recuperarnos de ese hachazo que nos dio un buen día, cuando nos robó la libertad cuando, ahora, nos enteramos de que el covid provoca envejecimiento acelerado del cerebro. Tenemos poco con el Alzheimer y otras demencias, para que el covid venga a apuntalar las patologías relacionadas con el cerebro. Se ha descubierto o ya se sabía un nuevo efecto a medio-largo plazo de la infección por SARS-CoV-2. Ese efecto no es otro que la acumulación de células senescentes.

Le explico lo que me han explicado a mí. La senescencia celular es una transformación celular- igual que la de una célula cancerígena, que se vuelve inmortal por un proceso de mutación genética- que puede ser inducida por muchos tipos de factores, entre ellos la radiación ultravioleta, la quimioterapia e incluso la infección por virus como el SARS-Cov-2. Estas células senescentes son muy dañinas para nuestro organismo porque son proinflamatorias, y, además, son inmortales (de ahí que se las denomine como "células zombis"). Aunque no se replican, como las cancerígenas, si se mantienen de forma indefinida en nuestro organismo, extendiendo su acción proinflamatoria a otras células.

A los científicos no se les escapa que la infección por covid puede provocar déficits neurológicos a largo plazo en humanos, incluidos problemas de coordinación y memoria. Es tremendo saber que la infección por SARS conduce a la neurodegeneración

Dicho de otro modo muy gráfico, se trata de una "putadica" más de las muchas que nos ha hecho el bicho desde su llegada a nuestras vidas. Tenemos que familiarizarnos, desgraciadamente, con estas situaciones. A los científicos no se les escapa que la infección por covid puede provocar déficits neurológicos a largo plazo en humanos, incluidos problemas de coordinación y memoria. Es tremendo saber que la infección por SARS conduce a la neurodegeneración, es decir, a la pérdida de neuronas. Este descubrimiento sugiere una conexión inesperada entre la infección y el envejecimiento cerebral acelerado. Lo que nos faltaba.

Menos mal que en medio de esta cortina de tinieblas, surge la luz: existen fármacos senolíticos, conocidos por eliminar selectivamente las células senescentes. Cuántas veces me ha hablado de estas cosas la profesora y escritora zamorana Pilar Río que tantas veces se ha asomado al balcón del Club de nuestro periódico. Y no es científica, pero tiene unos conocimientos impresionantes. Por lo menos sabemos que esos fármacos tienen la capacidad de decelerar, e incluso invertir, la edad biológica del cerebro. Menos mal.

No ganamos para sustos y disgustos. Lo cierto es que, otra vez y no sólo en el entorno de los hospitales, vuelven a verse muchas mascarillas.

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