De la Zamora inacabada y las patronas de la ciudad

Con el Cuartel Viriato la ciudad y toda la provincia no se quedaron dormidos y se echaron a la calle

Ilustración

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Laura Rivera

Laura Rivera

Cuenta la leyenda que allá por el Siglo XVI o XVII se fundó un convento de monjas descalzas de Santa Clara procedentes de Gandía que echaban de menos a su Virgen, y que un día llegaron dos peregrinos desde Santiago que se ofrecieron para esculpir una imagen, para lo cual pidieron que nadie les molestara. Se encerraron varios días, pero la curiosidad de una monja hizo que entraran de repente en el recinto, y los peregrinos –que eran en realidad unos ángeles- desaparecieron, dejando la escultura inacabada a falta de dos dedos. Es la Virgen del Tránsito o dormida, tan patrona en fervor de la ciudad de Zamora como la de la Concha, que es la patrona oficial.

Cuenta este diario, testigo desde finales del Siglo XIX de proyectos inacabados en esta provincia, que en Vivinera, al lado de Alcañices, se construyó una pista de aterrizaje y despegue de medios aéreos de extinción de incendios. ¡Cuánto la necesitamos el verano pasado cuando ardió La Culebra! La echamos de menos sin saber que existía, porque nunca ha funcionado desde el año 2006 que se construyó. Pero no sólo la hemos echado de menos el año pasado, sino porque la pista estaba preparada para recibir aeronaves de 1.200 metros de largo y 30 metros de ancho -según informa Chany Sebastián- que nunca vimos. Y porque podría acoger un "avión espía" para detectar los incendios en su origen, como un dron con cámaras, tecnología para la que llegaron hasta Vivinera tres técnicos "israelitas" para traer sus aviones no tripulados.

¡En Zamora siempre proyectamos a lo grande! El guion de película con aviones espía que entonces nos contaron, acabó al cabo de pocos años con una sierra quemada, en el mayor incendio de la historia reciente de España, por la escasez de medios de extinción de incendios en Aliste. Y con una pista inutilizada al lado y cerrada desde su construcción que hubiera podido apagarlo.

Ni la memoria ni el papel me permiten seguir citando proyectos frustrados, algunos con coste económico y otros con coste emocional. Porque cada pueblo de la provincia tiene su proyecto inacabado o fantasma, por falta de dinero, por exceso de ambición. O por engaño, como las empresas que se instalan en promesas electorales

Lo sucedido con la Virgen y en Vivinera parece el sino de Zamora, que cada vez que se embarca en un proyecto importante, acaba más quemado en el sentido emocional del término que la Sierra de la Culebra en el sentido real… y emocional.

Y no es que yo sea pesimista, sino optimista bien informada entre otros por los medios de comunicación, testigos de tantos proyectos exitosos, prestigiosos y posibles, que acabaron fracasados, desprestigiados y abandonados. Y que vuelven a nuestro recuerdo como fantasmas del pasado

En la misma comarca alistana que lleva años esperando que la carretera a Portugal se transforme en autovía –otro proyecto inacabado- languidecen los terrenos allanados en Cerezal para la construcción del primer circuito de carreras del noroeste de España homologado para campeonatos de automovilismo y motociclismo. Un proyecto de hace más de quince años, impulsado por empresarios reunidos en la sociedad mercantil Circuito de Muelas S.L. Emprendedores de esos que dicen que no hay en Zamora por nuestro carácter más bien pasivo, que arriesgaron su tiempo y dinero. Y que se estrelló dejando la zona explanada como testigo de otro sueño frustrado.

Como un paisaje fantasmal, siguen abandonados los terrenos que compró la diputación de Zamora por 300.000 euros para instalar un proyecto estratégico y pionero de producción de energía verde que un emprendedor y una plataforma ciudadana impulsaban en Barcial del Barco. Las máquinas de la diputación allanaron los terrenos para una biorrefinería para la producción de bioetanol a partir de materia orgánica vegetal, que se compraría a los agricultores para beneficio de la zona rural. La unión del empresario innovador, el apoyo de la diputación y el apoyo de la sociedad, no han sido suficientes para evitar que los terrenos de la biorrefinería de Barcial del Barco estén tan abandonados como los terrenos agrícolas de la provincia.

Esos terrenos hoy también abandonados en nuestros pueblos, que fueron en su día proyectos de vida de ganaderos y agricultores que trabajaron para que fueran productivos. Y acabaron sucumbiendo ante las políticas agrarias de la PAC, de la misma manera que la biorrefinería de Barcial sucumbió a la falta de apoyo o al boicot –como se dirime en los juzgados- de las políticas soterradas de la Comunidad Autónoma.

No es la biorrefinería el único proyecto que parece olvidado por la Diputación que lo apoyó en su día. El que parece cada vez más abandonado es otro proyecto estrella de la institución, el Silver Economy, que ha pasado a ser un apéndice de las políticas de cuidados a personas mayores de la Junta. Adios, Silver, adiós, como referente de la robótica y la domótica zamorana.

Y adiós, Sodeza, adiós. También va a desaparecer ese proyecto de promoción de polígonos industriales a través de una Sociedad de Desarrollo de Zamora, que se resiste burocráticamente a su liquidación desde hace un par de años, como esos fantasmas que siguen ululando en los castillos.

Hablando de castillos, también vuelve a reaparecer en el de la ciudad de Zamora el sueño de una fortaleza que se rehabilitó para convertirlo en Museo del escultor Baltasar Lobo. Y que pese a la inversión de 7 millones sólo llegó para aflorar los recuerdos enterrados por el tiempo, tras un gran trabajo de arqueología que mostró el valor del pasado glorioso de la ciudad de Zamora cuando era reino. Inacabado Museo de Lobo que vuelve a reivindicarse con proyectos tan grandilocuentes como los citados. Esos que fracasaron por no tener los pies en la tierra y construir castillos en el aire con sus correspondientes fantasmas.

Inacabado también el proyecto del AVE Madrid-Galicia, al que le ha pasado como a la Virgen con los dedos: que en un tramo del recorrido sólo tiene una vía. Y eso sólo pasa en Zamora, donde la historia del ferrocarril de vía única nos llevó al cierre del Ruta de la Plata y al abandono de la vía normal a Galicia, donde las estaciones se están arroñando.

¡Ay del dicho de que los pueblos que no conocen su historia están obligados a repetirla! Como farsa o como tragedia.

Solamente en la capital y en la historia reciente se construyó el edificio municipal fantasma por invisible que costó 5 millones reales, o el gran Centro de Congresos y Exposiciones que acabó como agujero de la Laboral. Antes se había proyectado un canal olímpico de piragüismo en el Duero, o un campo de golf con hotel en terrenos inundables de la Aldehuela. Recuerdo también el funicular de Moncabril en Sanabria.

Ni la memoria ni el papel me permiten seguir citando proyectos frustrados, algunos con coste económico y otros con coste emocional. Porque cada pueblo de la provincia tiene su proyecto inacabado o fantasma, por falta de dinero, por exceso de ambición. O por engaño, como las empresas que se instalan en promesas electorales.

Algunas veces esos proyectos se reconducen para hacerlos reales: el agujero de la Laboral se va a convertir en Conservatorio de Música; el abandonado Banco de España será cuartel esta vez de la policía (proyecto que no defiendo pero que no hay más remedio). Y Lobo tendrá su Museo, tal vez modesto como su vida pero tan digno como su obra y su legado.

Y acabo citando un sueño de todos los zamoranos que se hizo realidad: el cuartel Viriato convertido en Campus del mismo nombre. Allí se conjugaron los sueños razonables de la utopía, y la lucha ciudadana durante varios años.

Porque la ciudad y toda la provincia no se quedaron dormidos como una de sus patronas esperando el tránsito a mejor vida, sino que se echaron a la calle como la otra patrona de la ciudad, la Virgen de la Concha. Cargados de Esperanza y para huir de la Soledad. Todas Vírgenes patronas de esta ciudad que forman parte del corazón del pueblo zamorano, ya sea como imágenes de culto, ya sea como ideas necesarias.

(*) Portavoz de IU en la Diputación

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