Zamoreando

La ley Montero

Me preocuparía más por la seguridad de los ciudadanos que por el catalán

OPINIÓN

OPINIÓN

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Oiga, ¿se sabe algo de la controvertida ley de la no menos controvertida ministra, Irene Montero? Me refiero a la del "solo sí es sí" que tan malos resultados ha dado. Pues eso, que lejos de acabar con el problema, se ha hecho cada vez mayor hasta el punto de que nunca hubo tanta impunidad y tanta agresión sexual, en sus distintas vertientes, como desde que se hiciera pública.

No pasa un solo día sin su pertinente agresión sexual en cualquier punto de la España peninsular, insular y fundamentalmente en la España separatista que debiera hacérselo mirar. Lo de Cataluña es terrorífico. Lo dice con todo lujo de detalles la radiografía de la violencia sexual producida en Cataluña entre enero y abril del presente año, y que fue presentada a finales de mayo por los Mossos.

Pues bien, las denuncias durante este periodo subieron a 1.247, hecho que supuso un aumento del 19% en relación con el mismo periodo del 2022, lo cual confirma una tendencia al alza. El 4% de los hechos denunciados son violaciones grupales. De estas 58 denuncias, solo el 6% han pasado en establecimientos de ocio nocturno y, en todos los casos, han estado presentes tocamientos perpetrados por grupos.

Y como a los delincuentes sexuales les importa un bledo lo que ocurra, porque para eso hay una ley que les favorece, o casi, un joven no español ha violado a una menor de 16 años en plena calle de la barcelonesa localidad de Sant Vicenç de Castellet. No hay necesidad de nocturnidad, de perpetrar la fechoría en un lugar recóndito. Los Mossos tienen mucho, pero que mucho trabajo en este sentido porque no ha tantos días, también tuvieron que intervenir en la violación múltiple de tres hombres no españoles, a una mujer en su domicilio de L’Hospitalet.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no da abasto, los Mosos tampoco y la Montero calladita, después de recibir constantes tortazos verbales como el que le ha propinado en todo el cielo de la boca la escritora Lucía Etxebarría. Lo que está ocurriendo en Cataluña merece estudio aparte. Yo, de Pere Aragonés y la mancomunidad que forman Esquerra, Junts y todo el batiburrillo de siglas separatistas, me preocuparía más por la seguridad de los ciudadanos que por la obligatoriedad del catalán, que imponen a toda costa. La obsesión de los separatistas está resultando perjudicial para la integridad, fundamentalmente de las mujeres, cada vez más vulnerables, que tratan de sobrellevar el peligro al que están sometidas en un clima de confrontación absurdo y sin relevancia, frente a lo que está ocurriendo todos los días, sobre todo en Barcelona.

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