Selección de personal

Tanto en la Administración Pública, como en la empresa privada o en cualesquiera otros tipos de organización humana, como Cáritas, Cruz Roja, etc., para lograr con eficacia y eficiencia el máximo logro de los objetivos que legal y estatutariamente tienen encomendados, han de procurar disponer de que su activo más importante y exclusivo como es su capital humano sea de la “máxima calidad”; es decir, que sea lo más competente posible en función de las tareas que tenga que desarrollar.

Y esa competencia exige preparación completa, exhaustiva, actualizada en lo que se refiere a su necesaria, imprescindible, rigurosa y puesta al día, de su formación académica y profesional; todo ello necesario para atender con un mínimo de conocimientos, solvencia y seriedad las obligaciones libremente adquiridas con el fin de satisfacer, lo más plenamente posible, las demandas, las necesidades, las competencias de sus respectivas Entidades públicas, unidades económico-empresariales, tercer sector, etc.

Es por todo ello, que la selección del personal que haya de formar parte de sus respectivas plantillas, es de capital importancia para que la funcionalidad, gestión, dirección y administración sean óptimas con lo que se conseguirá el máximo bienestar público y privado al atender con conocimiento de causa los retos que hayan de atenderse.

Evaluaciones severamente diseñadas, con lógica, basadas en las última técnicas de la psicología industrial, teniendo en cuenta, entre otros requisitos, las tareas que hayan de ejercer los aspirantes seleccionados, que permitan diagnosticar con todo rigor, seriedad y objetividad, los saberes, el afán de superación, el espíritu de trabajo en equipo, su nivel de liderazgo, su empatía, su bonhomía, en suma, su talento y educación, es, todo imprescindible para lograr el éxito en el desempeño de las funciones que hayan de acometer y consecuentemente, el prestigio de la Institución que los acoja.

Y tanto opositores al ingreso en la Función Pública, como los que presenten “curriculum vitae” para la empresa privada, tengan presente que la preparación, el esfuerzo y el tiempo dedicados a esta etapa de estudio y formación no termina nunca; pues el ordenamiento jurídico, las técnicas de “management”, los avances técnico-científicos, la evolución constante de la mentalidad y necesidades de la ciudadanía, de la sociedad, del mercado, etc., son continuos, lo que demanda observación y conocimiento de todo ello, requiriendo, consecuentemente, una actitud permanente de predisposición y ejercicio de aprendizaje para atender debidamente, en cada momento, lo que requiera; pues a ella nos debemos todos, desde, fundamentalmente, nuestro puesto de trabajo.

Y como manifiesta la Constitución Española de 1978, art. 103.3; Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, art. 1.3.b), entre otros; la doctrina sobre gestión de Recursos Humanos, como “Diez estrategias para atraer y comprometer el talento joven”, https://www.harvard-deusto.com; y el “bien hacer”, el “mérito y capacidad”, debida y justamente ponderados, entre otras características del recto proceder humano, han de tenerse en cuenta en los procesos de selección de personal para que sean exitosos para el bien de todos, al añadir valor a la organización.…

Marcelino de Zamora

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