Las ovejas que no amaban a los veganos

InterFerrari se asocia con InterC15 para crear un nuevo sello de calidad y de bienestar automovilístico

Ovejas pastando en Gáname y Argañín, Bermillo y La Albañeza

Ovejas pastando en Gáname y Argañín, Bermillo y La Albañeza / Irene Gómez

Bárbara Palmero

Bárbara Palmero

“Canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva”, recitaba Víctor Jara en su Manifiesto. Antes de que el monstruo del capitalismo le amputara las manos, para que no pudiera tocar la guitarra nunca más. En una evidente demostración de psicopatía y poder, y como aviso a navegantes.

Las ovejas que no amaban a los veganos

Las ovejas que no amaban a los veganos / Bárbara Palmero

Por fin se ha acabado el mundial del deporte ese en el que juegan once contra once y siempre ganan los jeques. Pero la noticia no ha estado en cuántos valerosos futbolistas se atrevieron a boicotear esa asquerosa celebración, ninguno, sino en las millonarias mordidas que reciben nuestros europarlamentarios por blanquear un régimen pútrido.

Un mundial éticamente incorrecto, que ha destapado a la vieja y corrupta Europa y otro brote de uno de los siete coronavirus conocidos: el MERS-CoV. Denominado así, por ser el agente causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio, que se dio a conocer en Arabia y Egipto en 2012, y que esta vez ha infectado a varios jugadores franceses.

En más del 90 por ciento de los casos, el MERS afecta a personas con patologías previas asociadas, como puede ser el inmunocompromiso.

Teniendo en cuenta que los deportistas se alimentan a base de carbohidratos más carne de pollo, pavo, conejo y cerdo… Teniendo también en cuenta que el noventa y siete por ciento de la carne de pollo, pavo, conejo y cerdo procede de macrogranjas… Y por supuesto, teniendo en cuenta que todos los animales criados en macrogranjas son animales inmunocomprometidos…

Pues bien, teniendo en cuenta todo lo anterior, la pregunta lógica que conviene plantearse es: ¿Hasta qué punto alimentarse con carne de animales sin sistema inmunitario, que es lo que significa inmunocomprometidos, contribuye a debilitar el sistema inmunitario humano?

O lo que es lo mismo, por qué carallo esta maquinaria perfecta de autodefensa frente a todo tipo de patógenos, que es el sistema inmunitario humano, se está demostrando incapaz de repeler la agresión de unos simples virus respiratorios.

Con estas, y otra duda en mente, como por qué es necesario vacunar a la población sana con el mismo número de vacunas COVID que a los ancianos con el sistema inmunológico deprimido por la edad, y a los enfermos con el sistema inmunitario deprimido a causa de la enfermedad o el tratamiento farmacológico, leo en prensa que las interprofesionales de la carne se han unido para crear un sello de calidad y de bienestar animal.

Imposible no reír con semejante chiste.

Y es que las interpofesionales de la carne, ayudados de sus famosetes anunciajamones, se han convertido en los nuevos payasos de la tele. Por lo que es legítimo reírse mirando la publicidad en la que gastan un dineral. Muy a lo Babe el cerdito valiente corrisqueando alegremente por el campo. Antes de visionar las grabaciones de esos valientes periodistas que han conseguido infiltrarse en cientos de macrogranjas de toda España para mostrarnos el horror… el horror.

Durante el 15M, dio mucho que hablar la instalación de un artista urbano conocido como DosJotas. En su acción artística unificaba el logo del Fondo Monetario Internacional con la frase Arbeit Macht Frei, que significa el trabajo te hace libre y que presidía los campos de exterminio nazis.

Humor negro artístico. Humor negro macabro, el que conservan las verjas ante las que se detenían los trenes de la muerte. Humor negro infame, el que se deriva del sello de calidad y bienestar animal que se han inventado las interprofesionales de la carne.

Las interprofesionales de la carne con sus famosetes anunciajamones son los nuevos payasos de la tele, por eso es legítimo reír con su publicidad falsa y sus payasadas

A este Club de la Tragicomedia solo le faltaría, que cuando el Tribunal Constitucional tumbó los dos estados de alarma, el presidente de todos los españoles hubiera alegado que, enjaular a cuarenta y siete millones de españoles, era una cuestión de bienestar nacional.

Existe una sevillana, cuya letra dice “sueña la margarita con ser romero, para ir con la Virgen en el sombrero”. Pero como sabe hasta el bueno de Sancho Panza: ni los molinos de viento son gigantes, ni las margaritas son romero, ni una C15 será nunca proteína automovilística de calidad.

Y el que tenga entendederas para entender, que entienda.

Me gano la vida produciendo corderos. Unos corderos que nacen de monta natural, y que se crían a ubre materna el tiempo que haga falta. Por eso mis corderos tienen sistema inmunitario, y no son animales inmunocomprometidos. Por esto mismo, mi granja familiar no la preside el siniestro cartel de ninguna empresa de bioseguridad que prohíbe grabar videos o hacer fotos. Ni estoy obligada a trabajar con un epi para evitar contagiar a mis animales. Mis animales y yo compartimos virus alegremente, y nuestros sistemas inmunitarios hacen el resto.

Me gano la vida produciendo unos corderos que son los Ferraris de la carne. Y conduzco una furgoneta C15, porque no me puedo permitir el coche del cavallino rampante. Pero conozco perfectamente las diferencias entre ambos, porque la interprofesional del automóvil, los políticos y los sindicatos se encargan de que así sea.

Algunos tenemos fe. Llegará el día, en que aquellos que conducen un Ferrari, pero anuncian las bondades de manejar una C15, tendrán su epifanía. Aunque no sea en Navidad. Y por fin, antepondrán la salud del pueblo español, por encima de su usura codiciosa.

Algunos tenemos fe. Porque de seguir como hasta ahora, en un futuro no muy lejano, veremos actuar en el Z! Live Rock Fest, no a la banda de rock indie Viva Suecia, si no a Jeanette, entonando su éxito: yo soy vegana, porque el mundo me ha hecho así.

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