Tradicionalmente, por lo menos en España, la izquierda es proclive a la bajada de impuestos, mientras que a la derecha le gusta apretar esa tuerca en concreto a los ciudadanos. La derecha presume de crear riqueza y la izquierda se ufana glosando sus políticas redistributivas siempre que alcanza el poder. La derecha acusa a la izquierda de derrochona. La izquierda tiene por costumbre inculpar a la derecha del fomento de la desigualdad social. La presunción del crecimiento frente a la jactancia de la justicia social. Sólo que el esquema no se cumple a rajatabla y no siempre la derecha hace lo que presume ni la izquierda aquello de lo que se jacta.

El Gobierno de Pedro Sánchez viene a desbaratar cualquier esquema al respecto. El presidente del Gobierno quiere que las Administraciones Públicas gasten en el presente año una cifra cuantiosa, 472.660 millones de euros, un cinco y pico por ciento más que el pasado año. Como sus expertos prevén un déficit de 15.000 millones de euros, necesita reunir recursos por un total de más de 457.000 millones de euros. Algo huele mal para el ciudadano. Porque para conseguir que le cuadren las cuentas, Sánchez no tiene otra vía que la que hubiera utilizado la derecha, es decir, un aumento generalizado de impuestos. Dicen los expertos que el mayor desde el año 2012. Vamos, que nos van a freír a impuestos y no vamos a poder decir ni mu.

El Gobierno que diga misa al respecto para justificarse, la única verdad es que el subidón que nos van a proporcionar afectará a la inmensa mayoría de contribuyentes, de manera directa o indirecta. Vamos que nos pongamos como nos pongamos, apoquinaremos de una u otra manera. El Gobierno, a través de la ministra de Hacienda, no hace más que mentirnos tratando de minimizar lo que se nos viene encima y que es impropio de la izquierda. Para conseguir sus objetivos alardean de que la subida de impuestos no afectará ni a la clase media, ni a los trabajadores con menores ingresos, ni a los autónomos, entre otros pobres parias. Les afectará, ¡vaya que les afectará!

No me voy a meter en berenjenales porque en estas materias ni los propios ministros y ministras del ramo se entienden a sí mismos y mucho menos a sus cuentas, por lo que la información que nos hacen llegar siempre está adulterada, lo que sí sé, repito, es que para conseguir sus objetivos, nos van a freír a impuestos apelando a su manido deseo de acercar el Estado de Bienestar patrio al de los países más avanzados. Nos hablan en plan El Pernales o Curro Jiménez de que van a subir el IRPF de los ricos para beneficiar a los autónomos, la clase media y los trabajadores con menos ingresos, y sin embargo a los expertos que han echado cuentas no les cuadran. Una forma encubierta de jorobarnos vivos y sacarnos hasta las entretelas a todos, a los más y a los menos pudientes. Por cierto el Gobierno de Sánchez consolida la aplicación del Impuesto sobre el Patrimonio, aunque sea un impuesto prácticamente erradicado en todo el mundo. Así nos va a acercar al Estado de Bienestar de los países más avanzados. Ciertas delanteras a España siempre le ha costado mucho alcanzarlas, eso cuando lo ha conseguido.

Lo que no entiendo es porqué las subidas anunciadas por el Gobierno de Sánchez, más allá de la camuflada en las cotizaciones sociales, además de recaudatorias se presenten como populares. Ninguna subida de impuestos puede ser popular. Por mucha subida directa o disfrazada que nos endosen no creo que logren paliar el enorme déficit de la Seguridad Social que es lo que trae por la calle de la Amargura a este y a los gobiernos pasados y, de seguir así, también futuros.