Al señor alcalde de Zamora
Señor alcalde de Zamora.
Soy una zamorana que disfruta de su ciudad, y me gusta que se hable bien de ella.
No tengo el gusto de conocerle, ni mayor interés. A mí, lo que me gustaría de el alcalde de mi ciudad es que dirigiese bien el Ayuntamiento y nos representase de manera digna a todos los zamoranos.
El pasado día 12 se celebró en la ciudad el Día de la Policía Municipal de Zamora.
¡Qué gusto ver a los policías municipales vestidos con sus impecables uniformes!
¡Qué gusto ver a la delegada del Gobierno agradecerles su magnífica labor y colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado!
¡Qué gusto ver el orgullo con el que recibían sus medallas!
¡Y qué gusto ver a la presidenta de la Diputación, diputados, senadores, jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas!
Un acto precioso, un acto ejemplar, un orgullo para Zamora.
Pero, mire por cuánto, el único que desentonaba y su imagen "chirriaba" era usted, señor alcalde.
¿Cómo puede ir usted vestido con una camisa a un acto donde todo el mundo va de informe, y los civiles vestidos para la ocasión?
¿No hay nadie en su equipo que le diga cómo debe ir, si es que a usted no se le ocurre?
Estoy muy lejos de "sus principios", y creo que usted piensa que ir así es de ser progresista. Yo le aseguro que Julio Anguita, un verdadero progresista y gran alcalde de Córdoba, se ponía chaqueta y corbata en actos oficiales menos solemnes que éste.
Usted representa a todos los ciudadanos y nosotros queremos que nuestro alcalde vaya vestido dignamente.
¿O es que pensaba que esto no entraba dentro del sueldo?
¡Qué vergüenza ajena sentí al verle poner las medallas a esos policías!
Señor alcalde, usted nos debe un respeto ¡a todos los zamoranos! Y, sobre todo, a la ciudad que dirige.
Dios guarde a usted muchos años.