Creo que los gobiernos tienen los instrumentos necesarios para dirigirse a los ciudadanos y explicarles las decisiones y medidas que se aplican en cada momento ante las múltiples responsabilidades que le incumben. El Partido Socialista en un alarde de responsabilidad, no ha tenido otra salida que comprometerse valientemente en la gobernación del Estado. Y es que la política, desde la óptica de la ética, debe proyectar el bienestar de todos los ciudadanos sobre todo de aquellos más necesitados. Por eso quien antepone sus intereses partidarios a los del conjunto de los ciudadanos, no representa los valores de la democracia.

Hago estas afirmaciones, después de la celebración del congreso del Partido Popular, que por cierto ha significado una segunda moción de censura para Mariano Rajoy y para el propio PP.

Por lo tanto al Gobierno de Pedro Sánchez, esta advertido que le toca recuperar el pulso, la credibilidad interna de los españoles y el prestigio internacional, los medios públicos de comunicación, así como a las organizaciones públicas, los sindicatos de clase y las organizaciones empresariales. En definitiva, la regeneración democrática de todas las instituciones, recobrando el prestigio gravemente dañado después de los graves pronunciamientos de la justicia y los que están por llegar. En definitiva, es urgente recobrar la normalidad democrática y la buena convivencia de todos los españoles, con independencia y respeto de las distintas ideologías que cada uno legítimamente desee, eso sí, respetando las reglas de la democracia.

Es evidente que la derecha española, ha vuelto de donde nunca se fue; es decir a la más rancia moral católica que se expresa en la concepción que tiene de los migrantes y el tratamiento que propone. También del final y el origen de la vida; de los derechos sexuales y reproductivos; de la violencia de género; los modelos de familia; la educación para la ciudadanía, el tratamiento de la memoria histórica, por citar algunos de las referencias fundamentales de la vida.

Casado y Rivera (PP y Ciudadanos) compiten por hacerse con el discurso de la ultraderecha europea: "no más emigrantes", como si ellos descendieran de la "pata del Cid". Hablan de la unidad de España y de la familia, pero los que huyen de la miseria y la persecución, también tienen familia, que dejan en países lejanos. Una vez más hay que decirlo, huyen de la miseria y la persecución. Las derechas españolas, tampoco quieren saber de las causas que motivan estas emigraciones.

A semejanza de algunos grupos de la nueva derecha radical europea (esta nuestra derecha) por un lado confraternizan con grupos africanos y se hacen fotos, y por otro exigen "una política de fronteras firme", con lo que eso representa de exclusión y xenofobia, eso sí esperando recoger los beneficios puramente elostorales, de los que parece complacerse la nueva extrema derecha europea, aunque también es un fenómeno en los EE.UU de Donald Trump.

Las mentiras de Pablo Casado declarando que hay millones de africanos que desean entrar en España, y que "no hay papeles para todos" y pese a que los últimos datos de la Organización Internacional para las Migraciones dicen que, en lo que va de año, los migrantes llegados a España por mar no suman más de 23.000 personas; este comportamiento ejemplariza lo que los ciudadanos en general, y fundamentalmente al Gobierno socialista tenemos que saber, que en España se ha instalado una derecha sin complejos y como Dios manda.