Deseo sea tomada como crítica constructiva. Después de visitar esta joya cuando estaba en la UVI y con todo lo que se ha trabajado en ella, ahora la encuentro mal vestida. Antes de entrar a verla te hace daño a la vista el parapeto -¡qué color!- que han colocado y que en caso de emergencia resultará un obstáculo, ya que para abrirlo habrá que retirar previamente los bancos; ¿y el peligroso escalón a la derecha que la cofradía de momento ha subsanado? El mismo parapeto -¡qué color!- resulta el chiringuito de la persona que la cuida. Y en la, digamos sacristía, las pinturas murales se encuentran pobremente iluminadas, además de contar con otro parapeto -¡qué color!- de excesivo tamaño. ¿Y la coral que apenas pudo leer sus partituras por la escasa iluminación?

Menos mal que el Cristo nos desagravia.

A mí me parece que estos detalles, insignificantes en todo el conjunto, tienen solución no excesivamente costosa.

M. Guisande

(Zamora)