Una maleta de experiencias

Carlos Gómez, del colegio Corazón de María, y Naara Rodríguez, del San Vicente de Paúl, estudiarán el próximo curso en el extranjero gracias a las becas Amancio Ortega

Naara Rodríguez Hernández, a las puertas del colegio San Vicente de Paúl, en Benavente. | Cedida

Naara Rodríguez Hernández, a las puertas del colegio San Vicente de Paúl, en Benavente. | Cedida / B. Blanco García

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Un año más, estudiantes zamoranos consiguen una de las cuatrocientas becas que la Fundación Amancio Ortega ofrece cada curso, con las que se logra una oportunidad única de estudiar 1º de Bachillerato en Estados Unidos o Canadá. El próximo agosto cruzarán el Atlántico Carlos Gómez Quiza, alumno del colegio Corazón de María de la capital, y Naara Rodríguez Hernández, estudiante del colegio San Vicente de Paúl, en Benavente.

“Irme a estudiar a Estados Unidos es algo que siempre he querido hacer, desde que era pequeño”, confiesa Carlos Gómez, quien se enteró de esta beca con el tiempo justo para presentar los papeles. Gracias a la ayuda de su madre, cumplió con los plazos y comenzó la carrera de fondo para optar a una de estas ayudas. “Para mí, lo más complicado de todo el proceso, más que defenderme en el idioma, fue el vídeo que tuve que grabarme hablando sobre mí, estuve varios días para hacerlo, porque me cuesta mucho hablar a cámara”, confiesa.

El estudiante del Corazón de María, Carlos Gómez Quiza. | Cedida

El estudiante del Corazón de María, Carlos Gómez Quiza. | Cedida / B. Blanco García

De hecho, que el inglés no le haya supuesto una traba se debe a que durante muchos años ha residido en el extranjero —debido al trabajo de sus padres—, en países como Kuwait, Qatar, Dubai o Filipinas. “El miedo al idioma está más que superado. De hecho, creo que ese pudo ser uno de mis puntos fuertes a la hora de ser elegido”, razona.

Retomar la experiencia

Estados Unidos es el destino que le ha tocado, la opción que más le interesaba. “Retomar la experiencia de volver a vivir en un país donde se habla otro idioma es algo que me apetece mucho y también el poder conocer gente nueva. Por otro lado, me gusta mucho el deporte, así que estoy deseando aprender a jugar al fútbol americano y al béisbol”, añade.

Nueva Escocia, en Canadá, es el destino para Naara Rodríguez Hernández. “Ya he estado viendo fotos del lugar y es precioso, tiene mar y, entre las actividades que se pueden desarrollar con el instituto o la familia de acogida, está el avistar ballenas, hace esquí o snowboard, montar a caballo o hacer acampada. Todo me apetece mucho”, asegura.

Naara Rodríguez Hernández

Naara Rodríguez Hernández / Cedida

Esta estudiante del colegio San Vicente de Paúl conocía desde hace años la beca y llevaba tiempo preparándose para optar a una plaza. “Había otra chica de mi colegio a la que se ha dieron hace ya tres cursos y desde entonces, ya me planteé presentarme, estudiando e intentando sacar buenas notas para la media que se pedía, también preguntando a las personas que se habían presentando en otras convocatorias sobre cómo eran las pruebas”, explica.

Las dudas sobre si podría ser una de las elegidas le surgieron con la entrevista personal, de la que no salió muy satisfecha “por las respuestas que di, creí que no habían sido convincentes”, confiesa. Pero estaba muy equivocada, puesto que, finalmente, es una de los cuatrocientos afortunados y, además, con el destino que ella deseaba. “Siempre hemos oído hablar de Estados Unidos, pero yo prefería poder estar en Canadá, que parece ser la gran olvidada”, lamenta.

Carlos Gómez Quiza

Carlos Gómez Quiza / Cedida

Mientras llega agosto, ambos estudiantes tendrán que compaginar sus estudios con varias reuniones para conocer los pormenores de esta experiencia de un año académico en el extranjero.

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