Fútbol

Lookman, con tres goles, humilla al Leverkusen y lleva al Atalanta a la cima

El extremo nigeriano goleó en la final de la Europa League (3-0), en la que su equipo convirtió al conjunto de Xabi Alonso, imbatido hasta ahora, en un rival terrenal

Marcos López

Lookman, un extremo nigeriano que rozó la perfección, se paseó en la final de la Europa League con una exhibición que será recordada siempre en Bérgamo. En Dublín, guió a la atrevida Atalanta, con tres goles en un partido dominado de inicio a fin ante el Bayer Leverkusen. Los tantos fueron de una belleza menor a otra superior. Listo en el primero, contundente en el segundo y zurdazo maravilloso en el tercero, conquistando el título, al tiempo que transformó al conjunto alemán en un equipo terrenal. Terrenal, humano, frágil y vulnerable fue el conjunto de Xabi Alonso, un año prácticamente invicto.

Llevaba 51 partidos sin perder y cayó en el 52 en una final europea que pertenece para siempre a Lookman, ese demonio que habitaba en la banda izquierda del ataque italiano, sirviendo el reconocimiento que merecía Gian Piero Gasperini, el sabio Gasperini. A sus 66 años, el fútbol se lo debía a este entrenador italiano, un alquimista que holló la cima en un partido para la historia al lograr su primer título europeo.

El partido se jugó desde el inicio a lo que dictó la Atalanta. Equipo atrevido, valiente, con enorme personalidad, capaz de ir a buscar al Leverkusen de Xabi Alonso hasta su área propia. No solo no le dejó salir sino que lo encerró lo más lejos posible de Juan Musso, su portero argentino.

Viejo y moderno calcio

Vivía el divertido equipo de Gasperini en el hogar de Matej Kovar, el joven guardameta checo. Iba amenazando el conjunto italiano. Primero, con su presión; luego, con sus llegadas al borde del área, combinando una agresividad bien entendida. Fusionó el Atalanta la tradición del viejo calcio –ni un metro de respiro a los alemanes- junto al nuevo calcio, que ocupa el espacio con inteligencia porque hacía correr con criterio la pelota ante la desesperación de sus enemigos, que se sentían irreconocibles.

Sintió, tal vez, el Leverkusen el vértigo de la final, ahogado como quedó por la presión. Y el gol de Lookman, cuando ni se había llegado al cuarto de hora inicial, premió ese hambre castigando la indolencia defensiva del grupo de Xabi Alonso. Miró el argentino Exequiel Palacios hacia su espalda. Pero miró tarde y mal. Cuando se dio cuenta de su tremendo error, el delantero nigeriano del Atalanta demostró lo pillo que era. Capítulo uno.

Ademola Lookman celebra su segundo gol ante el Bayer Leverkusen

Ademola Lookman celebra su segundo gol ante el Bayer Leverkusen. / AP

Irreconocible Leverkusen

Aún faltaba el segundo acto cuando un inicio de una jugada de ataque del Leverkusen con otro fallo en la construcción la pelota caía en los pies de Lookman, quien trazó un regate venenoso antes de soltar un preciso derechazo. La final era puramente italiana. Apenas 26 minutos y el Leverkusen aún ni había llegado al futurista Dublín Arena. A Xabi Alonso se le acumulaban los problemas porque su equipo estaba desconfigurado.

Se había perdido la memoria del disco duro del grupo que ha asombrado en Europa con un fútbol moderno transformado en el rostro de un juego anticuado. Acabada la primera parte, el encuentro requería la urgente intervención del técnico vasco. Necesitó resetear el ordenador porque no halló a Florian Wirtz, su gran estrella, huérfano como había quedado de un ‘nueve’ de referencia. Desapareció él y su equipo.

Xabi Alonso, en un momento del partido.

Xabi Alonso, en un momento del partido. / AP

Todo lo que le daba, por ejemplo, Scamacca, punto y final del triunfo, gestado, todo hay que decirlo, en esa presión que le empujó a defender hacia adelante. Angustió tanto a los alemanes, que les hizo cometer errores que le llevaban al borde del precipicio.

En el descanso, sacó Xabi Alonso a Boniface para tener algo de peso en ataque. Solo un poco sería mucho teniendo en cuenta tan gris primera mitad. A la hora de la final, más lo mismo. Apenas cinco disparos y solo dos a puerta, prueba del gobierno, casi autoritario, que tenía el Atalanta.

Faltaba aún el tercer gol de Lookman para certificar que no hubo final en Dublín. Fue la final de Lookman -tres tiros a puerta y tres goles- y de Gasperini. La final perfecta para la Atalanta.

Ficha técnica

3 - Atalanta: Musso, Djmisiti, Isak Hien, Kolasinac, Zappacosta, Ederson, Koopmeiners, M. Ruggeri, De Ketelaere, Lookman y Scamacca.

Cambios: Scalvini por Kolasinac (m. 46); Pasalic por De Ketelaere (m. 57); El Bilal Touré por Scamacca (m. 84); Hateboer por Zappacosta (m. 84); Toloi por M. Ruggeri (m. 90+1).

0 - Bayer Leverkusen: Kovar, Tapsoba, Tah, Hincapié, Stanisic, Exequiel Palacios, Xhaka, Grimaldo, Frimpong, F. Wirtz y Adli.

Cambios: Boniface por Stanisic (m. 46); Andrich por Exequiel Palacios (m. 68); Hlozek por Grimaldo (m. 68); Tella por Frimpong (m. 81); Schick por F. Wirtz (m. 81)

Goles: 1-0, Lookman (m. 12); 2-0, Lookman (m. 26); 3-0, Lookman (m. 75)

Árbitro: Itsvan Kovacs, rumano.

Tarjetas amarillas: Djmisiti (m. 22); F. Wirtz (m. 36), Scamacca (m. 36); Zappacosta (m. 60); Tapsoba (m. 67); Koopmeiners (m. 70).