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Iñaki Gómez, al frente de una asamblea de socios del Balonmano ZamoraEMILIO FRAILE

Balonmano | Primera Nacional

"El principal culpable soy yo"

"El descenso se fragua en la primera fase de una liga marcada por el reajuste de la pandemia, momento en el que empezaron los problemas"

Para Iñaki Gómez, el Balonmano Zamora no solo es el club que preside, es gran parte de su vida. Es un trozo de su alma y, quizá por ello, días después del descenso del primer equipo pistacho a Primera Nacional no duda en responsabilizarse de lo acontecido esta temporada. Una culpa que asume, desgranando algunos aspectos a mejorar en la entidad para que todo aquel que vista su escudo pueda sentir lo que él vivió como jugador en la época más gloriosa de los "Guerreros de Viriato".

–¿Cómo se encuentra tras el descenso?

–Todavía lo estoy digiriendo. El sábado bajé en coche hasta Antequera a acompañar al equipo , fuera cual fuera el desenlace, pero he de confesar que volviendo solo de madrugada a casa se me saltaron las lágrimas pensando en ello. Fue un desenlace bastante cruel.

–¿Pudo hablar con el equipo tras el partido? ¿Qué les dijo?

–Sí, hablamos un poco. El equipo y cuerpo técnico estaba roto pero quería agradecerles el compromiso que han mostrado hasta final de temporada, con jugadores jugando lesionados e incluso un dedo roto. Además, la segunda fase del curso estuvo muy bien, ganando todos los enfrentamientos directos salvo el de Ibiza que, en casa, quizá hubo un exceso de ganas y pagamos el hecho de ir al límite.

–¿Se comentó algo más?

–Sí. Quise transmitirles que para ellos, el balonmano tiene que ser un vehículo no una meta. Es muy difícil poder vivir de este deporte pero, por suerte, ellos pueden formar una vida a través de él con becas, amistades, ofertas, prácticas... También hablé de la forma de vivir el deporte, un aspecto donde creo que el club tiene gran margen de mejora.

–¿A qué se refiere?

–Desde mi experiencia, creo que para aprovechar la aventura del balonmano hay que entrenar con mucho más corazón todos los días, jugar con el alma y vivir el día a día con pasión. Es posible hacer un par de amistades en el vestuario pero, para mí, el deporte se convierte en algo irrepetible y único cuando todo el equipo pasa a ser tu familia. Por eso les pedí que, en cualquier equipo que estén, traten de seguir esa filosofía que quizá es algo que faltó en esta temporada.

–¿Le ha dado tiempo a analizar el curso? ¿Dónde se falló?

–El descenso se fragua en la primera vuelta, especialmente en el partido frente a Oviedo en el Camba porque, a pesar de todo, se había ganado en casa a Alcobendas, Zarautz o Ikasa. Y lo que ha fallado, aunque suene petulante, soy yo.

–¿Es su culpa que el equipo descienda a Primera Nacional?

–En gran medida. Al menos, me siento el principal culpable, si bien este descenso también llega por culpa del reajuste federativo tras el COVID que hemos terminado por pagar nosotros. No hay que olvidar que este año descendían cinco equipos de una liga que se supone es la segunda categoría nacional.

–Pero, ¿por qué cree que es el principal responsable?

–Cuando dejé el balonmano, también fue de una forma muy cruel debido al COVID-19. Me dolió mucho y me aparté de la pista. Seguía cerca pero mi relación con el equipo cambió. Trabajaba en la estructura del club, en el área administrativa pero me dolía estar cerca del grupo y eso hizo que algunas decisiones no se tomaran o se resolvieran situaciones de otras formas.

Cuando dejé el balonmano fue de una forma muy cruel debido al COVID-19. Me dolió mucho y mi relación con el equipo cambió. Eso hizo que algunas decisiones no se tomaran o se llevaran cabo de otra manera

Iñaki Gómez . Presidente del Balonmano Zamora

–¿Esa labor es responsabilidad del presidente?

–No tiene que ver con el cargo. El descenso nace temporadas atrás y, tanto entonces como ahora, hago el mismo trabajo de siempre en el club. Sin embargo, debí estar más involucrado. El culpable soy yo y he aprendido que, aunque duela, las cosas no se solucionan mirando para otro lado. Por ejemplo, en esta temporada, el problema con la dirección técnica había que haberlo solucionado antes porque era muy evidente. Por eso digo que el culpable de este descenso, principalmente, soy yo.

–¿Y qué se puede hacer ahora? ¿Qué hay que cambiar?

–Debemos mantener lo que hemos hecho bien. Este año el club ha crecido mucho en su base, con 600 participantes en los equipos del Balonmano Zamora y una masa social fiel que apoya a todos los conjuntos. Hicimos un muy buen trabajo tras la pandemia en ese sentido y es un pilar robusto, pero falta que recuperemos el paso en el área deportiva. Nos cuesta competir con otras provincias y regiones, eso es lo que hay que cambiar.

–Eso incluye al primer equipo, supongo. ¿Cuáles son las perspectivas de futuro?

–Nuestra idea es seguir siendo fieles a la filosofía del club. Además, como ya indiqué antes, lo que nos ha faltado es ser una familia de verdad y creo que la derrota es un buen punto de partida para esa transformación. Los grupos humanos sólidos que hacen cosas increíbles nacen de decepciones grandes; por ejemplo, en mi generación, fue la fase de ascenso de Zamora ante Keymare Almería "B". El vestuario era un drama tras el descenso, pero tiene la oportunidad de construir algo bonito desde ahí.

–Entiendo que, entonces, habrá pocos movimientos...

–Nuestra intención es que Fran siga con nosotros y que el grupo humano del primer equipo se mantenga. Los jugadores que quieran sumar y aportar tendrán su sitio; el que no quiera o tenga ocasión de jugar en Plata podrá irse sin problema.

–Pero habrá que hacer ajustes y fichajes.

–Sí, nos reforzaremos lo necesario para tener un equipo competitivo en la categoría que sea pero, creo, que la columna vertebral del equipo se mantendrá un año más. Para nosotros, el "gran ajuste" será dotar a la sección femenina y la base de más medios y entrenadores.

Queremos seguir contando con Fran y todo aquel jugador que quiera quedarse a aportar y sumar

Iñaki Gómez . Presidente del Balonmano Zamora

–Un inciso. ¿Podría ser posible volver a División de Honor Plata?

–El club no va a comprar su plaza para ello pero, si deportivamente nos corresponde por cualquier circunstancia, la aceptaremos. Y si no, jugaremos encantados en Primera. Esta es una entidad cuyo proyecto lo forman 600 familias y ese es el activo más valioso posible.

–De vuelta a la conversación. Ha señalado que hay que potenciar la base, la joya del club. ¿Ha faltado relevo para la "Generación de Oro"?

–Algo ha faltado. No hemos sabido llevarlo a cabo pero el modelo del club hay que defenderlo, da igual la categoría. El objetivo es que salgan jugadores zamoranos y participen como lo hacen con el primer equipo hasta hacerse un hueco. Eso sí, es deportivamente complejo; también para los jóvenes porque se esfuerzan pero vienen "los viejos" y, siendo mejores, juegan, por lo que se desilusionan y ceden. Me encanta ver como crecen y maduran como jugadores y personas pero, en ese proceso, nos falta por ser capaces de inculcar la capacidad de esfuerzo y sacrificio necesaria para mejorar, insistir y "terminar de romper". Hay jugadores excepcionales y llegan nuevos valores, pero tenemos que afianzar ese aspecto. Se habla de fin de ciclo por el descenso pero el club y el proyecto continúan. Sus principios y su estructura están vivos, ahora hay que luchar porque prevalezcan y tengan éxito.

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