Arsenal 3

Sevilla 0

Londres.- El Sevilla acusó ayer su debut en la Liga de Campeones, tras caer frente a un Arsenal (3-0) liderado por el español Cesc Fábregas y que demostró, ante uno de los mejores equipos de la liga español, que es uno de los candidatos a llevarse este año la Copa de Europa. Los detractores del Arsenal dicen que es un equipo que necesita elaborar demasiado para convertir en gol una jugada. Sin embargo los chicos de Arsene Wenger no paran de elaborar en los noventa minutos. Y antes o después acaban por convertir en oro lo que tocan. Ayer, además, con una chispa de buena suerte.

El Sevilla comenzó sin complejos su viaje europeo en un buen escenario y con un buen telonero. La música de Elvis Presley acompañó la salida al campo de cañoneros y sevillistas mientras la megafonía gritaba: «El momento ha llegado. Arsenal-Sevilla, señoras y señores».

La hospitalidad de los 'gunners' era, por supuesto, ficticia, y ya en el primer minuto el togolés Emmanuel Adebayor abrió las hostilidades con el primer disparo del partido. Sin embargo, el Sevilla no se amilanó. A los cuatro minutos forzó el primer saque de esquina y el Emirates calló en parte. Un disparo muy inteligente de Jesús Navas, cerca de la escuadra de su compatriota Manuel Almunia, le quitaba por completo el habla al estadio mientras los dos mil sevillistas ponían el color en la grada.

Con Cesc menos activo en el centro del campo las caídas a las bandas de Adebayor o van Persie eran las únicas opciones del Arsenal, que dependía de un detalle individual de uno de sus puntas.

La aparición de Cesc en el partido ya fue otra cosa, con el santo de cara como está. El alma del líder de la Premier cogió, de nuevo, un balón a treinta metros y con la confianza del momento que atraviesa puso un balón dentro de la portería de Palop con la ayuda del defensa francés Julien Escudé, que dejó desvalido a su portero al desviar el balón.

El Arsenal puso en el comienzo de la segunda parte una marcha más y salió a sentenciar desde el primer momento. Cesc era ya omnipresente para su equipo, de menos a más, a mucho más en todo el partido. Un balón de falta suyo llegó a van Persie en el segundo palo poco antes del primer cuarto de hora y supuso el 2-0.

El Sevilla trató de cambiar el curso del partido, pero terminó por encajar un mayor castigo, después de que, en el minuto 92, el croata-brasileño Eduardo da Silva anotase el tercer tanto, de nuevo a pase de Cesc.