El nivel del arbitraje español es muy deficiente pero muy deficiente. Los campos los fines de semana se llenan de bultos sospechosos, como diría José María García, que deambulan por los campos cometiendo errores graves de forma contumaz sin ningún control y con el apoyo de la opaca Federación Española de Fútbol y su más opaco Comité Nacional de Árbitros.

El pasado sábado los madridistas asistieron ojipláticos, una vez más, a la actuación en Vitoria de un trencilla pésimo, Undiano Mallenco, a partir de ahora conocido como "Calamity", que además es internacional y muy bien considerado en el estamento arbitral. Tiene todas las credenciales para ser muy malo y cumple a rajatabla el tío.

Andaban los merengues buscando una victoria plácida y reconfortante contra el Alavés, acomodada en los dos goles de Ceballos y la calidad inconmensurable de Isco, cuando el bulto sospechoso, perdón quería decir "Calamity" decidió que ya estaba bien de ser un convidado de piedra y pasó a protagonista, una característica muy arbitral. Undiano se dedicó a cerrar los ojos en el área con agarrones a jugadores madridistas en los saques de esquina y cuando los abría, como mal árbitro que se precie, pitaba falta en ataque. Ahí comenzó su interpretación de los monos de Gibraltar y continuó con sólo una tarjeta amarilla al capitán del Alavés, Manu, por una agresión dolosa a Lucas Vázquez. Undiano se hizó el loco y sus asistentes también.

Con todo ello y con el Madrid agotado de tanto tirar a puerta y marcar los postes, "Calamity" cerró su incontestable actuación comiéndose un penalti a Isco casi al final del partido pese a que corría detrás del madridista y era el mejor situado del campo para verlo. "Calamity" es muy malo pero no es más que un botón de muestra del nivel del arbitraje español. Malos que sois muy malos y, desgraciadamente, rolais a mucho peores.

PD.- El Fútbol Club Barcelona se ha posicionado oficialmente de nuevo con el independentismo. Amigos culés de toda España, vosotros sabréis.