El piragüismo español volvió a subir ayer al podio en Río de la mano de Saúl Craviotto que ganó el bronce en K-1 200. El palista consiguió su objetivo de conquistar su cuarta medalla olímpica tras el oro que se colgó el jueves con Cristian Toro en K.2 200; la plata que ganó en Londres 2012 en K-1 200, y el oro que se adjudicó en Pekín 2008 junto a Carlos Pérez Rial en K-2 500. En la regata final de ayer se impuso el inglés Liam Heath con un tiempo de 35.197, en tanto que la plata se la colgó el francés Maxime Beaumont, con 35.362. A 465 milésimas de segundo del vencedor cruzó la meta Craviotto, al igual que el alemán Ronald Rauhe, que también se llevó un bronce.

El piragüista aseguró que la nueva medalla era un premio extra con el que no contaba y que, con cuatro preseas, no piensa en superar a nadie en número de metales olímpicos. Craviotto admitió que su principal objetivo en Río de Janeiro era el título en el K-2 200 metros, algo que logró con Toro, por lo que la prueba de ayer no era su prioridad. "Este año mi objetivo principal era el K-2, en donde nos echamos más horas y donde me centré más tiempo. Y lo conseguimos. El K-1 era un extra y, como era después del K2, no me influía en el cansancio o en la fatiga mental ni nada. Y esto ha sido un extra, ha sido un regalo con el que no contaba y estoy súper feliz", afirmó el español ya con su nueva medalla colgada al pecho.

Así, con los dos metales logrados en Río, el palista se sitúa junto al ciclista Joan Llaneras, la nadadora Mireia Belmonte, la nadadora de sincronizada Andrea Fuentes y la tenista Arantxa Sánchez Vicario entre los cinco deportistas españoles con cuatro medallas olímpicas.

Tan solo le falta una medalla para igualar al ya retirado David Cal, que con un oro y cuatro platas entre Atenas 2004 y Londres 2012, es el deportista español con más preseas en los Juegos.

Pero Craviotto garantiza que eso es algo que no lo desvela. "Yo no pienso en récords ni en ir a por cinco medallas para superar a nadie. Yo pienso lo mío. Cada deporte es un mundo. Hay deportes en los que no se puede doblar. Alguien en natación puede hacer dos o tres pruebas, en otros deportes no. Eso de número de medallas o de color del metal yo no lo compararía. Soy feliz con lo que hago. Me comparo conmigo mismo. Voy por mis objetivos y no pienso en eso", afirmó.

Pese a que el K-1 200 metros no era su prioridad, el palista confiesa que tal vez hubiese conquistado el oro sino lo hubiese hecho tan mal en los primeros 100 metros de la prueba.

"Al paso de los 50 metros, he tenido un desequilibrio. He competido un poco mal en los primeros cien metros, no sé si de los nervios o de la tensión del momento, pero en los segundos cien me he visto tan atrás que he dicho tengo que reaccionar ahora o nunca", afirmó.

"He sacado la garra de dentro. No sé de dónde he sacado las fuerzas para intentar remontar al máximo y conseguir recuperar algunos metros", agregó. "Cuando llegué a la meta miré a la izquierda y vi que había cuatro o cinco barcos por ahí cerca y pensé que había hecho lo peor. Para eso soy muy negativo. Me gusta ponerme lo peor para después llevarme la alegría. Pensaba que sería quinto o cuarto. Cuando he visto que era tercero lo he celebrado. Pero a los dos minutos he visto al alemán que ha empezado a chillar y a levantar el brazo y pensé que me habían pasado a cuarto y llegué a arrepentirme de haberlo celebrado. Pero estar empatado con él es un orgullo también", dijo.