Fue el gran protagonista de la sesión llevada ayer a cabo por el Zamora Club de Fútbol. Manu Arias recibía en Valladolid el alta médica tras un largo y duro proceso de rehabilitación que le ha llevado a estar cinco meses apartado de los terrenos de juego. Tiempo que hace distante pero imposible de olvidar su fractura en el húmero en el partido en casa del Coruxo.

Sin embargo, aquel dolor es pasado y Manu Arias se siente «muy contento». Sus bromas al término del entrenamiento así lo indicaban. El central está feliz porque «por fin» puede «estar a disposición al entrenador» y así «quedan atrás muchos días de sufrimiento». «Hoy me encuentro muy contento y con ganas de ayudar al equipo», señalaba el zamorano.

La visita a Valladolid del capitán no ha podido ser más satisfactoria, ya que según explicaba al término de la sesión vespertina, «el cirujano me ha dicho que la consolidación del hueso ya está bien y que ya estoy disponible para competir. Que me olvide del brazo, que está correcto y que no tenga preocupaciones de ningún tipo porque la rehabilitación y reconstrucción del hueso ha sido muy buena». Un diagnóstico que lleva a la satisfactoria conclusión que obtiene el central: «Puedo competir con toda confianza».

Manu Arias es consciente de que su vuelta al equipo será lenta, pero no puede ocultar sus ganas de volver a los terrenos de juego cuanto antes. «Tengo mucha ilusión por volver. Han sido momentos muy difíciles, en los que he trabajado en soledad. Momentos que quizás me ha hecho un poquito más fuerte y, sobre todo, recuperar si cabe más fuerzas para afrontar mi etapa de futbolista» afirmaba el zaguero añadiendo: «que creo que todavía tengo recorrido».

Aunque su deseo por volver sea tan intenso, la experiencia deportiva con la que cuenta el defensor le permite ser cauto a la hora de conseguir regresar a una convocatoria. «Hay que ir paso a paso. Lo primero era que el cirujano que me operó dijera que estaba apto, ahora mi obligación es estar lo mejor posible. El día a día de mi entrenamiento va a ser vital para coger más tono físico, estar al nivel del resto del grupo para que, cuando me toque salir al verde, esté a punto», afirmaba Manu Arias.

Por el momento, el capitán va quemando etapas poco a poco en un proceso que cada día afronta con mejores sensaciones. «Llevo tres semanas ya completas con el equipo y la verdad estoy muy contento, porque si es cierto que las primeras semanas me costó un poquito ganar confianza sobre todo por el brazo, pero ahora mismo me estoy superando y considero que, si ahora mismo no estoy jugando, es porque el mister no me cita», comentaba Arias que ya tiene entre ceja y ceja su próximo reto ante esta situación: «Lo que tengo que hacer es mejorar dia a dia para que, cuando él considere, estar ahí».

De este tiempo, Arias confesaba que «han sido meses muy duros en los que ha habido días muy difíciles», siendo lo peor de todo «las ganas que te entraban cuando venías al Ruta y me planteaba el no venir más porque no podía ayudar. Me hacia sentir incompetente». Para él, «esa soledad que es difícil poder superar» ha sido el enemigo pero ha podido con él.

En su ausencia, Manu cree que «el vestuario ha ganado en competividad». «La gente que ha venido, la gente que estábamos en la enfermería y se ha recuperado. Todo está sumando y es importante para que el nivel de exigencia sea máximo, como es ahora», afirmaba el capitán, que asegura que su obligación y la de los que no participan en los partidos es «complicarle más la vida al entrenador si cabe, hacerle ver que los que no estamos jugando estamos ahí», porque como dijo ayer un sonriente Manu Arias: «Los lunes queremos hacer carrera continua todos. Nuestra obligación es apretar para que el compañero que está participando no se duerma y sepa que tiene competencia».