El colegio Riomanzanas se encuentra con "su" pueblo

Alumnos de 5º y 6º de Primaria del centro zamorano visitan la Sierra de la Culebra y plantan 300 árboles en la zona quemada

Casi un centenar de kilómetros separan el CEIP Riomanzanas del pueblo que le da su nombre. Nada como la visita a uno de los más bellos enclaves de la Raya zamorana para conmemorar el Día del Árbol y cuando se cumple el 40 aniversario de la creación del centro educativo, en el curso 1983-84.

El pueblo fronterizo, la Sierra de la Culebra y Villardeciervos han sido los escenarios de la excursión de 45 alumnos de 5º y 6º de Primaria del CEIP Riomanzanas, con su directora Manuela Corporales, y María Teresa Vega, Jefa de Estudios. "Celebrando el 40 aniversario de la creación del colegio de Riomanzanas y atendiendo a nuestra señas de identidad y a nuestro compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad, pensamos que una actividad buena sería traer a los niños a replantar en la Sierra de la Culebra y visitar el pueblo de Riomanzanas que nos da el nombre al centro" ha explicado su directora.

El paseo por el bello pueblo rayano, regado por las aguas del internacional río Manzanas, y su excepcional entorno natural permitió a los escolares conocer las singulares construcciones de piedra y pizarra, callejear y disfrutar de monumentos naturales como un castaño centenario o el arroyo Fontano que atraviesa el casco urbano.

El colegio Riomanzanas se encuentra con "su" pueblo

El colegio Riomanzanas se encuentra con "su" pueblo / Irene Gómez

De la mano de los agentes medioambientales de la zona, la lección de naturaleza se extendió por la Culebra, con parada en el mirador desde el que se observa la geografía serrana y Peña Mira, la cota más elevada de la sierra con sus 1.241 metros. La visita se completó con la contribución del colegio zamorano a la regeneración del bosque quemado en los grandes incendios del verano de 2022.

Para ello, el Ayuntamiento de Villardeciervos habilitó un paraje en Valdecouso, donde los escolares plantaron 300 quejigos, robles y encinas donados por el Vivero Forestal Central de la Junta en Valladolid, bajo la supervisión de los guardas forestales. La jornada concluyó con visita a la Oficina de Turismo de Villardeciervos y comida en la playa.

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