Monfarracinos se prepara para honrar a San Antonio Abad

Monfarracinos adelanta al 14 de enero, el próximo domingo, la fiesta de San Antonio Abad que se celebra el dìa 17. Como es costumbre desde que la Asociación Monterracinos recuperó la tradición de "echar la Relación", en 1998, el acto se desarrollará en la Plaza De la Iglesia, a las 12:00 horas del próximo domingo

Hace años que la Asociación implicó en la tradición a los quintos y quintas de cada año con el fin de garantizar la continuidad de la tradición. Es por ello que los mozos, Sandra y Antonio, serán este año los encargados de recitar las rimas elaboradas por el habitual colaborador Sarvelio Villar Herrero, autor de diversas publicaciones culturales y etnográficas, natural de Castroverde de Campos.

El resto de quintos -Rubén, Lucía, Raúl, Adrián, Paula, Hugo y Ángel- portarán la imagen del santo procesional mientras se relatan las anécdotas más significativas vividas en el último año, como la fiesta de la Feria de Abril, la campaña electoral con el planteamiento del Polígono de Monfarracinos, el cambio de párroco y del nuevo horario de misa, y por supuesto algunos sucesos protagonizados por ganaderos del pueblo.

Todo ello tras pedir licencia al nuevo párroco y al alcalde.

La parroquia de Monfarracinos desarrollará el resto de costumbres referentes a la celebración en torno a San Antonio Abad, la eucaristía y procesión en su honor, la bendición de animales y la subasta de ofrendas y dones realizadas por los vecinos del pueblo y cuya recaudación servirá para contribuir a los gastos parroquiales.

Los quintos y quintas serán los encargados de recorrer los domicilios del pueblo, la víspera, para pedir y recoger dichas ofrendas tales como conservas, embutidos y quesos, vinos y licores, dulces, animales. Todo será subastado junto con las roscas que dona el panadero y el tradicional rosario elaborado para la ocasión con naranjas, higos, castañas y embutido.

La parroquia, a través de los quintos ofrecerá vino, refrescos y cacahuetes durante la celebración de la subasta en un ambiente fraternal y festivo en el que se suele compartir los productos de la matanza, así como algunos torreznos, o dulces de los adquiridos en la subasta. En agradecimiento de la colaboración de los quintos y quintas, la parroquia les da una propina para ayudarles en sus festejos de mayo.