Entrevista | Elena Laguno Crespo Presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora

"Puede ser que la EHE se quede con nosotros, pero no con tanta intensidad"

"La globalización y el cambio climático favorecen la transmisión de enfermedades"

"El sector primario necesita mucho apoyo"

ELENA LAGUNO, PRESIDENTA DEL COLEGIO DE VETERINARIOS DE ZAMORA.

ELENA LAGUNO, PRESIDENTA DEL COLEGIO DE VETERINARIOS DE ZAMORA. / JOSE LUIS FERNANDEZ

Elena Laguno Crespo es la nueva presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora. Licenciada con la especialidad de clínica en el 2003 en Cáceres, realizó prácticas en Austria y trabajó en Inglaterra, tanto en mataderos como en clínica de pequeños animales. Actualmente trabaja en la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.

–Asume la presidencia del Colegio de Veterinarios de Zamora, que conoce como miembro que ha sido del equipo de su predecesor, Victorio Lobo. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?

–Con muchísima ilusión. Es vedad que llevaba con Victorio Lobo desde el año 2011 y trataré de seguir en la misma línea. Con el mismo objetivo de prestar apoyo a los colegiados y también aportar una visión hacia el exterior, más allá de nuestro trabajo como veterinarios de clínica en el que siempre nos encajonan. Porque también somos sanitarios, esa primera barrera que evita muchas enfermedades a los seres humanos, la mayoría procedentes de patógenos derivados de los animales. Se resume en esa frase de Luis Pasteur : "La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad".

–La relevancia del sector ganadero de esta provincia otorga a los veterinarios un papel fundamental.

–Sí, aunque, por desgracia, la ganadería ha ido disminuyendo bastante. Uno de los problemas que nos encontramos es el relevo generacional. La ganadería es muy sacrificada y la juventud no quiere trabajar 365 días al año. Y los nuevos graduados tampoco ven atractivo el trabajo de veterinario de campo porque eso también implica muchísimas horas. Estamos ante un cambio generacional muy importante; la sociedad se tiene que adaptar a las nuevas circunstancias y nosotros como Colegio de Veterinarios también.

–¿Afecta también a los veterinarios la situación de la Zamora rural, despoblada y envejecida?

–Cómo invitas a los jóvenes ganaderos o veterinarios a quedarse en el campo. A la hora de tener hijos, establecer una familia, no es fácil porque muchos pueblos adolecen de servicios básicos. Son muchas políticas las que se tienen que confluir para fijar población y apoyar a un sector primario que es fundamental porque sin él, tampoco avanza el sector secundario ni el de los servicios.

–Por decirlo en boca de los agricultores y ganaderos, son los que dan de comer al mundo.

–Venero a los agricultores y ganaderos, el sector primario requiere un esfuerzo y dedicación muchas veces no valorados. Y se encuentra con trabas burocráticas que desaniman mucho al sector.

–¿Esos problemas los acusan también los veterinarios?

–Sí. Por ejemplo, hay una serie de medidas enfocadas a evitar la propagación de enfermedades en las cabañas y se ha demostrado que son efectivas. La tuberculosis ha disminuido muchísimo. Pero por otro lado hay que apoyar y apoyofacilitar las cosas a los ganaderos, que se sienten desamparados. Lo tenemos muy reciente con el vacuno; este año les han caído problemas por todos lados.

–El último, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica con las graves consecuencuas y costes que está suponiendo.

–Y es cierto. A la hora de la desinsectación de los animales o de las instalaciones estamos hablando de muchísimo dinero que cuestan los productos. Y no solo eso. El proceso para sacar adelante a una vaca es mucho más complejo y largo que otros animales de la cabaña. Los alimentos han subido muchísimo, la luz también, hay que llamar al veterinario cuando empieza a haber síntomas. Eso tiene un coste, igual que la medicación. Pienso que habría que aprobar medidas para ayudar a los ganaderos.

–¿En qué medida el cambio climático o la expansión de la fauna transmite enfermedades hasta ahora desconocidas?

–El aumento de temperatura es un factor fundamental. El vector Culicoides que transmite la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica se desarrolla con temperaturas altas y con cierto grado de humedad e indudablemente el cambio climático lo favorece. Pero además está el factor de la globalización. Ahora se viaja muchísimo, hay transporte de países y continentes, productos que a través de un clic en el móvil obtenemos de un país lejano, que llegan en vehículos y pueden transportar esos vectores. O a través de las personas. Vienen de Marruecos, cruzan el Estrecho de Gibraltar, Algeciras, toda la Ruta de la Plata para arriba hasta Francia y muchos otros países.

–El desafío es tremendo, ¿cómo se pueden controlar esas transmisiones de enfermedades?

–Los veterinarios hemos puesto en control la sanidad a través de los animales, pero yo creo que en el futuro va a ser necesario un control de las personas, porque muchas veces somos los responsables de la vehiculación. Una persona va de vacaciones a Marruecos, donde está su familia que se dedica al ganado. Si tiene contacto con el ganado es muy fácil que unos patógenos se queden en la ropa. Es muy difícil hacer un control exhaustivo, pero sí estaría bien tener la mentalidad de la higiene. Y si hemos estado en contacto con animales de otro país, lavar la ropa. Porque esas pequeñitas cosas que no cuestan nada, ayudan a evitar la transmisión y la vehiculación de muchas enfermedades. Y ocurre lo mismo si viajamos con nuestras mascotas, los mosquitos u otro tipo de vectores pueden picarles y cuando vienen puede aparecer una enfermedad que no estaba antes. Por eso la vehiculación no solo la provoca la temperatura, también movimiento de personas, animales y la globalización.

–Los ganaderos temen a la fauna salvaje como transmisora de enfermedades.

–Es otro factor fundamental que habría que controlar. Hay mucha gente en contra de la caza, ha disminuido esta actividad y la carga cinegética sube. Hay más animales y más descontrol porque entran en contacto con los núcleos urbanos y el acercamiento de la fauna silvestre a la fauna doméstica facilita la transmisión. Los incendios forestales son otro problema. Los grandes incendios del verano pasado provocaron la huida de los animales de las zonas quemadas que buscan alimento en los entornos urbanos donde normalmente habitan animales domésticos.

–La cabaña de extensivo es mucho más vulnerable a toda a esta situación, como se ha visto con la EHE.

–Por eso los territorios más afectados han sido Andalucía, Extremadura y la parte del suroeste, Salamanca y Zamora con la dehesa, que es donde está el extensivo.

–¿Se pasará la EHE?

–Puede ser que se quede con nosotros. Y el hecho de que haya habido tantos casos o se haya ido un poco de las manos, lo achaco a que es la primera vez que entra en Europa. Es como el Covid.

–De hecho, los ganaderos hablan del COVID de las vacas.

–Porque por primera vez han aparecido los síntomas y en poco tiempo se han infectado muchos animales. Si la enfermedad hemorrágica se queda de forma endémica, que ojalá que no, creo que no se presentaría con esa intensidad.

–¿Y llegará la vacuna?

–Hay una vacuna autógena que está desarrollada en Estados Unidos y otra en Japón. Pero las vacunas no son de un día para otro, la del Covid fue una excepción, debido a una situación de pandemia mundial absolutamente excepcional. Lo normal es que haya un proceso. La incidencia de la EHE se está estudiando, pero una vacuna no sale rápidamente.

–El saneamiento de las cabañas ha dado pasos de gigante, sin embargo sigue siendo todo un desafío por la entrada de nuevas enfermedades.

–Es un tema muy difícil. En el resto de Europa hay mucha cabaña bovina de intensivo y aquí estamos hablando de dehesa y de razas que tienen un manejo más complicado. Implica muchísimo trabajo, además supone un estrés para las propias vacas y eso se traduce en una bajada del sistema inmunitario.

–Hay mucha incertidumbre entre los ganaderos con las consecuencias de la EHE; lo que se presumía como una clínica moderada ha tenido peores consecuencias.

–En esa clínica moderada estamos hablando de países donde la enfermedad es endémica. Pero, al llegar a España, los síntomas no han sido tan leves porque genéticamente el sistema inmunitario de las vacas no estaba preparado.

–¿Como veterinarios les ha sorprendido lo que ha pasado?

–Sí, primero porque era la primera vez. Estamos hablando de que el 10 de noviembre de 2022 se manifiesta en Cerdeña, el 18 de noviembre en Cádiz, respetó el frío del invierno y luego ha ido subiendo hasta llegar al norte.

–Empezamos a saber de enfermedades como el virus del Nilo, la fiebre de Crimea o la peste porcina africana que, a priori, no son de estos territorios.

–Yo creo que se acabará haciendo un control sanitario de las personas, al igual que cuando llevas un animal. Lo que determina todo esto es la globalización.

–¿Cómo evoluciona la enfermedad a juzgar por lo que está pasando en el sur?

–Por la experiencia de otros países, se supone que sería autolimitante, es decir, sí que tendría sintomatología y en pocos días se resolvería, pero aquí no se está dando. Si se salva la res, tarda en recuperarse, más todo el tiempo y el dinero que ha perdido el ganadero en tratar al animal. Y lamentablemente hay reses que acaban falleciendo. En el caso de Sayago además coincidió la ola de calor. En una enfermedad que debilita tanto a las vacas, las altas temperaturas han dificultado la recuperación. Los ganaderos y veterinarios de explotación han hecho todo lo posible, pero los síntomas se han exacerbado de tal manera que muchas reses han acabado muriendo.

–Esta crisis ha puesto en evidencia el importante papel de los veterinarios. El papel del veterinario, un profesional fundamental en las explotaciones.

–Está claro, pero nos enfrentamos a otro problema derivado de las crisis económicas y los recortes, que hacen que no haya suficientes veterinarios. Sobre todo afecta a los veterinarios libres hay pocos porque, o se asocian, o por uno mismo es muy complicado mantenerse. Y en las zonas rurales más. Tiene que haber atractivo. Por otro lado, si no se habilitan puestos de trabajo, aparecerán enfermedades.

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