Tábara se rinde a la Virgen del Carmen

La villa de Tábara conmemoró ayer domingo con devoción los 75 años de la ya histórica Cofradía de Nuestra Señora la Virgen del Carmen y su fiesta puesta en marcha en 1948.

Históricamente la Virgen del Carmen no estaba presente en ninguna de las dos iglesias de la villa, ni en la de Santa María ni en la de La Asunción. Una promesa de una tabaresa y un "milagro" para un tabarés dieron origen a la devoción a esta advocación mariana en la villa, que ahora profesan muchos vecinos, emigrantes y también algún forastero.

La festividad de Santa María del Monte Carmelo –la Virgen del Carmen es propia del 16 de julio, pero en Tábara se instauró el tercer domingo de septiembre, fecha en que los agricultores y ganaderos ya habían culminado las duras y largas tareas de la cosecha veraniega: siega, acarreo y trilla.

Manuel y Emilia

Hacia 1947 el tabarés Manuel Casas Jorge "Roblico" enfermó y había de jugársela a vida o muerte en una complicada operación quirúrgica. Su mujer Emilia Fresno Moráis ofrendó una imagen de la Virgen del Carmen si su esposo salía de tan complicado trance. Un prestigioso cirujano madrileño obró el milagro y la esposa cumplió donando la imagen que se venera en Al-Karem (Jardín de Dios) y ahora también el paraíso de la Sierra de la Culebra.

Despertaba la villa con el repique de campanas a cargo de la Asociación de Campaneros de Zamora. Hacia el mediodía se cumplía con la tradición de la recogida en sus casas del mayordomo, Joaquín Carro Fresno y Luisa Pernía, y del cura, Samuel Pérez Prieto.

La santa misa, cantada, contó con la actuación de la coral "A Nuestro Aire" en un templo repleto de feligreses. El momento álgido llegaba con la procesión en que los devotos y devotas acompañaron por su calles y plazas a su venerada Virgen del Carmen envuelta en miles de flores multicolores. Durante el recorrido se bailaban varios lazos de la Danza del Paloteo tabaresa.

El auditorio municipal Leticia Rosino acogía la comida de convivencia y hermandad a base de arroz a la zamorana y carrilleras de ternera en salsa con patata panadera ofrecida por el El Roble, de Agustín de Dios Pernía, para finalizar con tarta de San Marcos y un café y copa para brindar en armonía.

1 de octubre de 1948

Día 1 de octubre de 1948: esa fue la fecha de constitución de la Cofradía de la Virgen del Carmen de Tábara gracias a la iniciativa de 122 devotos (83 mujeres y 39 varones) coordinados por el párroco de entonces, don Timoteo Aparicio Alonso. La idea partió del propio "Roblico", ya sanado, junto a dos de sus personas más cercanas: su tío Lorenzo Fresno "Mediaoreja" y su cuñado Laureano Díez.

La primera asamblea general tenía lugar siete días después, 8 de octubre de 1948, y en ella se establecía que "podrían ser cofrades todos los fieles que pertenecen a la parroquia y forasteros" siempre que la Junta Directiva los considerará "con méritos suficientes, siempre que sean buenos cristianos, cumplidores de los preceptos de la Iglesia y observen buena conducta moral".

Histórica fue la primera Junta Directiva pues en ella se convirtió en realidad la Santa Hermandad: Jesús Morán López (presidente), Manuel Casas Jorge (vicepresidente), Manuel Sierra de Castro (secretario), José Andrés San Román (tesorero) y Matías Fresno Casas y Lorenzo Fresno Andrés (vocales). Manuel Casas Jorge (el hombre del "milagro") era nombrado Presidente de Honor y asistió a todas las reuniones hasta el 26 de septiembre de 1981.

La Junta Directiva actual de la hermandad, que desde hace ya varias años viene desarrollando una encomiable labor, está compuesta por José María Vara Monteso (presidente), Salvador Romero Díez (tesorero), Antonio Esteban Moldón (secretario) y Moisés Fernández Antón, Luis María del Río Ratón, Juan José Peña Caballero y Óscar Puente Cabrerizo (vocales).

Cada tabarés y tabaresa, niños, jóvenes y mayores, se sienten y forman parte de una u otra manera de su festividad en honor a la Virgen del Carmen, una celebración que aglutina -juntas, que no revueltas-, fe, gratitud y tradición en su estado más puro.

Durante 75 años, generación tras generación, la cofradía y la Virgen del Carmen han enriquecido sus vidas y ellos, buenas gentes, seguirán escribiendo con amor y devoción una costumbre que ya es parte de la historia de Tábara.

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