Entrevista | Santiago León Lucas Cabrero

"La indiferencia ha obligado al pastor a arrojar el morral y subirse al andamio"

"Los herbívoros domésticos limpian, desbrozan y estercolan la tierra, previenen los incendios, mantienen ecosistemas y fijan población"

"Los políticos hacen declaraciones grandilocuentes, que no se transforman ni en leyes ni en euros"

Santiago León Lucas acompaña a un rebaño durante el paso por Madrid para reivindicar la trashumancia

Santiago León Lucas acompaña a un rebaño durante el paso por Madrid para reivindicar la trashumancia / Cedida

Europa escuchará la voz de un cabrero zamorano. A Santiago León Lucas, ganadero de San Martín de Tábara, le llegó la hora de colgar las botas del oficio, pero mantiene más vivo que nunca su compromiso con la tierra, el medio ambiente y el pastoralismo que "nos aporta tantos beneficios, por la conservación de ecosistemas, prevención de incendios o fijación de población en las tierras olvidadas". Junto a expertas Mireia Llorente y Rosa Mosquera (de las Universidades de Extremadura y Santiago de Compostela), Santiago León ha ido elegido representante de Plataforma de ganadería extensiva en el Foro Europeo para la Conservación de la Naturaleza y el Pastoralismo que reúne, entre otros, a científicos, ganaderos, ecologistas y especialistas en políticas. Un espacio de debate para dar voz en Europa "a los que pisamos el barro" como este un cabrero de la comarca de Tábara.

–La situación de la ganadería, en este caso extensiva, hace necesario levantar la voz y reclamar atención. Como uno de los interlocutores ante las instancias europeas, ¿qué puede aportar?

–Es una oportunidad para defender y visibilidad a quien habita en el medio rural intentando que una manera de ser y de vivir perdure junto con sus formas de actuar Y de decir que no son los culpables del cambio agresivo que ha sufrido el planeta. Dada la pésima situación que arrastra desde hace años la ganadería extensiva, agravada este año con la sequía, pienso que es hora, no ya de reivindicar sino de exigir que la PAC mire hacia el pastoralismo. Pedimos que se apoye con las mismas ayudas que se están aplicando en otros países de la Unión Europea. Por ejemplo, Grecia o Italia están recibiendo 225 euros por hectárea de pastos, mientras en España el ganadero recibe 60 euros por las primeras cien hectáreas y a partir de ahí se aplica un coeficiente de reducción. De hecho, un ganadero italiano, portugués o griego regala su cordero y gana dinero y un español lo vende a 100 euros y pierde.

–¿Por qué aquí no se da valor al pastoralismo como se hace en otros países mediterráneos?

–Se ha primado la agricultura y se han olvidado esos millones de hectáreas que antes aprovechaban los extensivos. Y, por ejemplo, un excursionista de fin de semana o un montañero tienen un albergue, pero sin embargo no lo hay para un trashumante. Por qué.

Lo de la España vaciada es un logo publicitario, no la realidad de los que aún quedamos

–Pero se aprobó una ley para regular la naturaleza de la actividad trashumante y preservarla.

–Sí. La ley que establece el régimen jurídico de las vías pecuarias, de 1995, promovida por el Concejo de la Mesta, con Jesús Garzón como cabeza visible, consiguió que el Congreso aprobara una ley de cañadas, cordeles y veredas rescatando las concesiones del Concejo de la Mesta y reivindicando el uso público. Y que esas vías sirvan de corredores para que los rebaños pasaran la invernada en las zonas cálidas y aprovecharan primavera. Para que las ovejas subiesen a los puertos haciendo una labor de limpieza y alimentando sus rebaños con lo que producen la naturaleza, generando alimentos limpios.

–La sequía ha promovido un movimiento trashumante, muy atractivo a la vista, pero complicadísimo para los ganaderos.

–Nadie es consciente, ni la sociedad misma lo exige y nuestros políticos menos, de lo que el pastoralismo aporta. Primero, transforma lo que la naturaleza da en sus diferentes estaciones; en carne, en lana, en leche o en cueros. Y todo ello sin pagar aranceles. Además ofrece al consumidor unos productos que surgen de esa misma transformación, pero de una forma limpia, no agresiva. A parte de eso, el pastor es el jardinero del campo. Los herbívoros domésticos son los que limpian, desbrozan y estercolan la tierra, los que previenen los incendios, los que mantienen ecosistemas, ayudan a una biodiversidad mayor y sobre todo fijan población en el medio rural. Los pastores mantienen costumbres, tradiciones y una manera de ser y de vivir que viene desde el albur de los tiempos.

Una escuela de pastores en la Sierra de la Culebra generaría ilusión e inquietud para incorporarse a la ganadería extensiva

–Una práctica condenada irremisiblemente a la extinción.

–Es imprescindible crear una escuela de pastores en la Sierra de la Culebra para formar profesionales y generar ilusión e inquietud para incorporarse a la ganadería extensiva. Un pastor empieza de zagal y continúa aprendiendo. Necesita una formación y solo la puede conseguir, aparte de observando a los animales que son los mejores maestros, aprendiendo de aquellos pastores viejos que son auténticos mayorales y saben transmitir los secretos de la profesión.

–La cuestión es que haya jóvenes dispuestos a coger el rebaño.

–Hay escuelas de pastores que están funcionando porque hay jóvenes que quieren. Es más, hay una inquietud por parte de muchos profesionales, bien sea veterinarios, ingenieros o biólogos, de abandonar la ciudad y, si se diesen las condiciones de dignidad en el medio rural, asentarse en el medio rural porque están hartos del asfalto.

–¿Qué falla para que no se otorgue a la ganadería extensiva el protagonismo que merece?

–Sería muy fácil si aquello que los políticos dicen, pero que no ponen negro sobre blanco en los boletines oficiales, se hiciera. Porque solamente hacen declaraciones grandilocuentes que no se transforman en leyes ni en euros. Ignoran los bienes que aporta el pastoralismo y la soberanía alimentaria.

–Hablamos de un oficio muy esclavo que es difícil para los nuevos tiempos. ¿Es posible revitalizar el pastoralismo?

–Habría que recuperar las ancestrales costumbres del pastoreo mancomunado para que el pastor no solamente tenga derecho a morirse, porque es su única alternativa. A ver cómo se pone enfermo quien tiene que sacar sus animales todos los días a pastorear. Si recibiesen las ayudas correspondientes y trabajasen mancomunadamente podrían disfrutar de días libres que les permitiesen tener calidad de vida. Si a eso le añades la indiferencia y absoluto olvido de los políticos, la consecuencia es que el pastor ha tenido que arrojar el morral y el callado para subirse en el andamio. Paradójicamente, quien produce alimentos y le pagan por ello, pasa hambre.

El consumidor debería de ser consciente de dónde y cómo se produce lo que come

–¿Qué fue de esa defensa de la soberanía alimentaria tras el colapso que provocó la guerra de Ucrania o los graves efectos de la sequía?

–La sociedad no es consciente de que un cordero sale de Nueva Zelanda en un barco y llega al puerto de Barcelona sin haber mamado leche materna, alimentado con nodriza. Y lo va a consumir en las diferentes plataformas de distribución sin saber su origen ni el proceso de alimentación. Sin saber nada. El consumidor debería de ser consciente de dónde y cómo se produce lo que come y las cantidades ingentes de CO2 que emite a la atmósfera el transporte, tanto del animal como de los alimentos que éste consume, bien sea de soja o de maíz llegados en barco desde Brasil o de California.

–Los devastadores incendios han hecho evidente la importancia de la limpieza del monte y el papel de los herbívoros.

–Hemos sufrido una catástrofe que lamentablemente se podría haberse evitado. La ausencia de herbívoros domésticos, el no contar con el nativo para hacer las prácticas ancestrales traen estas consecuencias. Es necesaria la limpieza y quemas controladas en invierno que producen pastos y, queramos o no, el fuego purifica y sirve de cortafuegos. La política forestal ha sido la verdadera causante de todo esto porque no respetó las especies autóctonas. Se primó una planificación para beneficiar a las grandes madereras que solamente vienen aquí a poner la cesta de los huevos para transformar fuera, como estamos viendo, sin dejar aquí ningún valor añadido. Junto a la ausencia de rebaños, las coníferas han propiciado el drama por el que ha pasado Zamora.

Se debería hablar muchísimo más de repoblar con seres humanos que de reforestar

–Ahora viene el desafío de la repoblación.

–Se debería hablar muchísimo más de repoblar con seres humanos que de reforestar. Porque, tanto el roble como la encina brotarán de la cepa y, al igual que el fresno, son especies autóctonas que hay que respetar. Si una tercera parte de lo que ha dedicado la Junta a apagar los incendios lo invirtiera en ayudar jóvenes para que se instalaran en sus territorios y pusieran rebaños, estaríamos ante un aumento de la población, una prevención de incendios y disfrutando de una naturaleza limpia, no selvática.

–Lleva muchos años diciendo estas cosas, ¿no tiene la sensación de estar predicado en el desierto?

–Hace 30 años ya estaba redactando el manifiesto para proclamar la rebeldía de las tierras olvidadas, porque eso es lo que es. Lo de la España vaciada es un logo publicitario que llega y cala bien pero que no es la realidad porque no tiene respeto a los guardeses que aún quedamos.

–Ahora tiene un foro en Europa donde hablar de todo esto.

–En Europa espero que no nos dejen desahogar, como tantas veces me han dejado en tantos sitios, para que después todo caiga en el olvido. Estamos hablando de poner leyes en los boletines oficiales, acompañadas de presupuesto.

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