Fallece el sacerdote zamorano José Gangoso, misionero e ilustre hijo de Prado

El religioso estuvo más de tres décadas en Guinea Ecuatorial

José Gangoso, en Prado

José Gangoso, en Prado / Cedida

I. G.

El sacerdote José Gangoso López, misionero durante más de tres décadas en Guinea Ecuatorial e ilustre hijo de Prado, ha fallecido en Arévalo (Ávila).

El religioso deja un vacío entre sus vecinos, siempre orgullosos de este hombre bueno y entregado, condecorado por el rey con la medalla de Isabel la Católica por su trabajo desarrollado durante más de tres décadas en Guinea Ecuatorial. El misionero José Gangoso López ha sido toda una institución en la familia salesiana y en la misión de Guinea Ecuatorial, donde trabajó en favor de la educación de los jóvenes y evangelizando.

Hijo de José Gangoso López y Terencia López Quesada, nació en Prado, el 20 de mayo de 1938, donde residió hasta los cinco años; años que le dejaron una huella imborrable de su querido pueblo. Después se fue a Madrid con sus padres y hermanas. Allí estudió en el colegio de los salesianos “San Juan Bautista”. A los doce años entró en el aspirantado de los salesianos de Arévalo, para hacerse uno de ellos. Se licenció en Física. Fue a Guinea Ecuatorial para desarrrollar el Proyecto África, desde 1982 hasta 2018. 

José Gangoso, cuarto por la izquireda, con sus vecinos en el homenaje recibido en Prado

José Gangoso, cuarto por la izquireda, con sus vecinos en un homenaje. / José Gangoso López con un grupo de pradeños en los atrios de la iglesia de Santa Marina. | Cedida

En Prado, Pepín, siempre será recordado por su bondad y generosidad, haciendo disfrutar a los niños con sus juegos y a los jóvenes con sus canciones. A todos, mayores y pequeños, nos regaló, como mínimo, alguna foto en blanco y negro, que él mismo revelaba, y el recuerdo del concurso “Un, dos, tres,…responda otra vez” para hacer más llevadero el verano de aquellos tiempos, en el que aún se trillaba.

En Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, Padre Pepe (así lo llamaban), colaboró con las autoridades educativas para la formación en el Instituto de Educación Media, en la Escuela de Magisterio y en la Escuela de Ingeniería Técnica. Siempre siguiendo los objetivos de la familia salesiana de formar técnicos que contribuyan al desarrollo de su país y a los profesores que educarán a las nuevas generaciones. Impulsó la creación del Colegio Español en Malabo y fue el primer director y también administrador, “siempre con mucha alegría”. 

Por su “comportamiento extraordinario de carácter civil” en beneficio de España o que favorezcan “las relaciones de cooperación con el resto de la Comunidad Internacional”, en 2016 le fue otorgada, “en atención a los méritos y circunstancias”, la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. El mismo año se le concedió uno de los premios terracampinos “Un diez para diez”; realizándose la ceremonia de entrega de los galardones en Ampudia (Palencia).

José Gangoso durante su misión en Guinea Ecuatorial

José Gangoso durante su misión en Guinea Ecuatorial / DON BOSCO MISIONES SALESIANAS

“He tratado de cumplir mi misión de salesiano; no he hecho más que otros compañeros míos pero sí he tenido más suerte. Llegué a Guinea en 1982 inmediatamente después de una dictadura sangrienta, la de Macías. Obiang, su sucesor, nos recibió muy bien a los españoles. No solo Obiang sino todos, alumnos y profesores del Instituto en el que vivíamos y dábamos clase, nos acogieron con verdadera alegría. Así de fácil fue el comienzo. Luego no he hecho más que seguir en la línea de servicio y alegría como maestro y como sacerdote y he sido muy querido y verdaderamente feliz. Ahora, aunque de salud física estoy muy bien, la mental me va fallando, he perdido mucho la memoria y tengo que retirarme también de otras actividades que siempre he ejercido como la enseñanza y la administración: es el tributo que hay que pagar por tantos años felices” expresó a sus vecinos con motivo de su homenaje, el año pasado.

En África desplegó el sacerdote terracampino de los Padres Salesianos gran parte de su labor religiosa y humanitaria en la antigua colonia española, colaborando en distintos proyectos educativos y a favor de la juventud en Malabo. Su objetivo, siguiendo los principios de la Familia Salesiana, era el de formar técnicos que contribuyan al desarrollo de su país y a los profesores que educarían a las nuevas generaciones. En 2001, fue el primer director del Colegio Español de Malabo.

A pesar de la distancia y el tiempo, el misionero siempre se sintió muy ligado a su pueblo de Prado, donde todos le conocían como Pepe y le recuerdan por amenizar las noches de verano con su guitarra.

El legado y la huella de José Gangoso López quedará para siempre en sus familias, los vecinos de Prado y toda la familia salesiana que hoy llora la pérdida de un hombre bueno.

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