Un pueblo de Zamora podría ostentar una de las mascaradas más antiguas de España

Un documento eclesiástico del año 1688 demuestra que Bercianos de Aliste ya organizaba la función del "Desempadrinamiento"

Distintas imágenes de una representación del Desempadrinamiento en Bercianos de Aliste. | |  CEDIDAS A CH. S.

Distintas imágenes de una representación del Desempadrinamiento en Bercianos de Aliste. | | CEDIDAS A CH. S. / Chany Sebastián

Bercianos de Aliste, pueblo conocido internacionalmente por su Semana Santa, podría ser cuna den una de las mascaradas más antiguas y peculiares de la península ibérica, con 335 años de supervivencia demostrada documentalmente, aunque su origen podría ser mucho más antiguo. Se trata del "Pregón del Casamiento". Así lo delata un manuscrito de 1688 perteneciente al Arzobispado de Santiago de Compostela.

Como suele ocurrir con estos ritos ancestrales, nada se sabe a ciencia cierta de sus comienzos y la mayoría de las veces la leyenda y la realidad se mezclan en la memoria de los más ancianos, transmitiéndose generación tras generación. Las Vicarías de Aliste y Alba pertenecieron al Arzobispado de Compostela (Galicia), desde el siglo XIII hasta 1888, cuando se integraron en la Diócesis de Zamora, de la que sólo les separaba el río Esla. Sus manuscritos nos delatan ahora que algunas mascaradas llevan celebrándose más de tres siglos.

Una mascarada con antigüedad certificada

Una mascarada con antigüedad certificada / Chany Sebastián

Antonio de Monroy, nacido en Santiago de Querétaro (Nueva España) en 1634, tras ser obispo de Michoacán, fue nombrado Arzobispo de Compostela el 4 de junio de 1685, llevando la mitra durante más de 30 años. Durante su mandato se realizó una visita pastoral a las tierras de Aliste y Alba que da origen al manuscrito.

Fue en el año 1688 cuando el visitador del Arzobispado advertía muy seriamente: "Su merced tiene noticia que en dicho lugar de Bercianos se tiene uso y costumbre el día de carnes tolendas, los demás días de ellas y otros de entre año, por los mozos de la labranza, pastores y otras personas del dicho lugar de hacer un juego que llaman el pregón de casamiento del que se ha confirmado algunos inconvenientes y es contra el servicio de Dios Nuestro Señor y quietud de las almas".

Por dicho motivo no dudó en mandar que se acabara con esta tradición: "Digo que desde luego debo prohibir y prohíbo el dicho juego y mando no se use en cosa ni en parte que al toque pena de ex comunión maior late sententiae y de una libra de cera blanca en que su merced da por condenado a cada uno que lo contrario hiciere. Y si fuese necesario invocar al auxilio de el brazo seglar de comisión, al cura del dicho lugar, a quien mando se notifique, publique, este auto al ofertorio de la misa el día que le parezca más a propósito y en que haya más concurso de gente. En los lugares de Bercianos y Campogrande so la misma pena".

El Pregón de Casamiento ya en 1688 tenía lugar en tres fechas fijas: Antruejo (Martes de Carnaval), San Pedro (29 de junio) y Nochevieja (31 de diciembre). También se representaba cada vez que se celebraba una boda, de ahí su nombre.

Los protagonistas eran los mozos, enmascarados solamente con los ojos al descubierto, y una burra zamorano-leonesa que era engalanada con la albarda y las alforjas de feria. Con ella salían a buscar al padrino y al novio para "raptarlos" y que cumplieran con la tradición. Una vez hallados los montaban en la burra y los llevaban a la taberna donde debían adquirir un cántaro de vino (cuatro cántaras) y seguir hasta la plaza donde estaba el baile. Allí tenia lugar el "Desempadrinamiento", acto típico de las bodas alistanas donde la madrina de la novia había llegado previamente con la rosca.

Ateniéndonos a la tradición oral en Bercianos se celebraba también La Obisparra en invierno y verano. Sus principales personajes eran El Carocho ataviado con pieles, máscara de corcha con cuernos de borrego, tenazas de escalera y cencerras, y su compañera la Filandorra, con manteo y la abantal llena de cernada (ceniza).

Una mascarada con antigüedad certificada

Una mascarada con antigüedad certificada / Chany Sebastián

El 29 de junio (San Pedro) la celebraban los mozos y el 31 de diciembre (Nochevieja) los pastores. Se recorrían una por una todas las casas del pueblo recogiendo, dependiendo la época del año, chorizo, tocino y castañas. Con lo recibido se hacían varias cenas en la Casa Concejo.

El "Pregón de Casamiento" del siglo XVII que ha llegado hasta nuestros días como "Desempadrinamiento" y es una tradición propia de las bodas alistanas.

El padrino era antaño tenido como un segundo padre para los rapaces alistanos: sólo por encima del padre y abuelos. Llegada la hora de "la pedida" el padrino acompañaba al ahijado, junto a su padre, a pedir la mano de la novia a casa de los futuros consuegros. A su muerte el padrino dejaba en testamento a su ahijado como encargado de encender las hachas de cera por su alma y su descanso eterno.

Es un acto común en las antiguas bodas alistanas donde padrino y madrina en la tarde del día primero de la boda convidaban a todo el pueblo, invitados y quienes no lo eran, a vino, pan y rosca, durante el baile al son de gaitas, dulzainas y tamboriles.

Del Desempadrinamiento era típico el "baile de la medida". Se coloca una cántara de vino y sobre ella un plato con varios trozos de la rosca y una jarra. De dos en dos se danza sobre ellas pero evitando derramarlas.

El Desempadrinamiento suponía el culmen de toda una vida dedicada por el padrino a su ahijado (novio) y por la madrina a su ahijada (novia) durante la infancia, adolescencia y juventud. A partir de ahí se invertían los términos y eran el ahijado y la ahijada los que habrían de ayudar al padrino y a la madrina. La denominación del baile de la medida viene del antiguo recipiente empleado para llevar el vino (medida o cántara) cuya capacidad era la de una "cuartilla" (4 Litros), a su vez la una cuarta parte del cántaro (16 litros).

Las Vicarías de Alba y Aliste, celebraron, del 21 al 23 de febrero de 1612, el sínodo convocado por el Arzobispo de Compostela Maximiliano de Austria (1603 a 1614) con la participación de los curas de las 84 parroquias alistanas y albarinas, participando también los representantes de los cuatro señoríos de la zona. Las Constituciones Sinodales allí aprobadas incluyeron un apartado dedicado a la honestidad de los clérigos a los cuales se les ordenaba que "no cantarán ni bailarán, ni andarán de noche" y que "no se disfracen ni salgan mascaradas ni a pie ni a caballo". Ello supone que hace al menos 410 años había mascaradas en tierras alistanas. La lejanía de Aliste y Compostela facilitó mantener las tradiciones.

Manuel Cid y Monroy realizó la visita pastoral a las Vicarias de Aliste y Alba en 1791. De ese viaje se conservaba la que hasta ahora se creía que era la primera mención a mascaradas alistanas, en este caso en el concejo a Trabazos: “De muchos tiempos a esta parte se nota en este pueblo y algunos de sus inmediaciones el intolerable abusos de hacer en el día de san Esteban ciertas fiestas y diversiones irreverentes, ridículas y ocasionadas a muchos pecados y excesos, imitando en juegos y diversiones a la gentilidad”.

Bernardo Calvo Brioso, experto en mascaradas, asevera que “El Desempadrinamiento es una mascarada singular y única, donde se aúnan tradiciones arraigadas en Aliste. Mantiene viva la figura del padrino, una persona que educaba en todos los sentidos al ahijado y que le tutelaba en caso de fallecimiento del padre hasta llevarlo al matrimonio, participando en el concierto matrimonial, momento en el que se centran los rituales del desempadrinamiento”.

Una mascarada con antigüedad certificada

Una mascarada con antigüedad certificada / Chany Sebastián

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