La insigne Capa Parda Alistana de Honras y Respeto se tiñó de solidaridad con un emotivo recuerdo y un merecido homenaje a los fallecidos y heridos en los trágicos incendios veraniegos de la Sierra de la Culebra en junio y Losacio y en julio.
Bermillo de Alba daba la bienvenida a los alrededor de 200 participantes en la IX Jornada de Exaltación de la Capa Parda Alistana de Honras y Respeto, en las antiguas escuelas, ahora centro social y cultural, con una convidada a base de café con dulces y productos de la tierra como el hornazo típico alistano. Todo ello por cortesía del pueblo anfitrión y del Ayuntamiento de Fonfría.
La integrantes de la agrupación folclórica alistana Manteos y Monteras y de la asociación Tamborileros Zamoranos fueron los encargados de romper los sonidos del silencio para qué, al son de las gaitas, dulzainas y tamboriles, las Capas Pardas Alistanas de Honras y Respeto brillarán con luz propia por las calles de Bermillo de Alba: artesanía y pureza, tradición y esencia rural siguen vivas allá en La Raya gracias a sus siempre buenas y acogedoras gentes.
Siglos de ancestrales costumbres comunitarias y sobrecogedores aconteceres, paños pardos de ovejas, negras, hombres de la tierra, alistanos unos, zamoranos todos, también trasmontanos de Portugal, orgullosos de poder portar y lucir uno de los valores más importantes de su patrimonio material heredado de sus antepasados: padres y abuelos.
Fernando Ruiz González, el cura de Fonfría, bueno y tranquilo, sencillo y sereno, fue el encargado de oficiar en la florida iglesia parroquial de San Mamés la homilía en honor a San Martín de Tours (Patrono de las Capas).
La Asociación para la Promoción y el Estudio de la Capa Parda Alistana de Honras y Respeto, presidida por Andrés Castaño Fernández, impuso este año la “Capa de Honor” a los fallecidos y heridos en los incendios forestales veraniegos, todos ellos originarios de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba.
A los difuntos
El fatídico incendio de Losacio, iniciado el día 17 de julio a las 18 horas y dado por extinguido 45 días después, el día 31 de agosto a las 9.45 horas, el mayor de la historia de Castilla y León desde que hay registros, calcinó 31.473 hectáreas: de ellas 14.760 de arbolado.
Si, tanto los daños materiales como los medioambientales fueron una gran perdida, sin lugar a dudas, la mayor tragedia fue la pérdida de cuatro vidas humanas, personas a las que el fuego arrebató su tranquila y feliz existencia allá en sus pueblos de origen para pesar de familiasy paisanos.
Daniel Gullón Vara, un “brigadista” de 62 años, peón manguerista de una autobomba y padre de dos hijas, natural de Ferreras de Abajo donde vivía, que fallecía en Ferreruela de Tábara. Victoriano Antón Ratón (68 años), ganadero y pastor de ovino de Castellana en Escober (Ferreruela), encontró la muerte en el paraje “Raya de los Pozones”. Un hombre de campo y pastor ejemplar que dio la vida por lo que tanto quería: su rebaño.
Eugenio Ratón Blanco, de 65 años de edad y vecino de Sesnández (Ferreruela), fue la tercera victima al fallecer el 16 de agosto, tras estar ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital de Getafe. El sesnandino fue alacanzando por las llamas cuando intentaba huir en su propio coche junto con su padre de cien años en la noche del 17 de julio. Ángel Martín Azcona, de Tábara, fue alcanzado por el fuego mientras con su maquina retroexcavadora luchaba para intentar frenar las llamas que se acercaban a la Villa. Ingresado durante tres meses en el Hospital “Río Hortega” de Valladolid fallecía el día 25 de octubre.
La Capa de Honor a los heridos fue impuesta al bombero forestal de la Junta de Castilla y León Víctor Domínguez Marcos, de 33 años, de edad, natural de la localidad alistana de Pino del Oro y casado en el pueblo de Villardiegua de la Ribera (Sayago) donde sigue recuperándose. Resulto herido en el fuego de julio en Almaraz de Duero y Villaseco del Pan.
Las monjas Clarisas y el escultor Ricardo Flecha, un papel especial
Este año no se ha impuesto (entregado) una Capa Parda Alistana. Las familias recibieron una estatua de un pastor alistano con su Capa Parda obra de Ricardo Flecha Barrio y una “Chiva” bordada por las monjas Clarisas. Ignacio Martín Lira, en nombre del pueblo les entrego un libro con la historia de Bermillo.
El “cabrero” de San Martín de Tábara, Santiago León Lucas, poeta y filósofo, buena gente, amigo personal del pastor de Escober, tiró de poesía para rendir culto a los cuatro fallecidos: “Se escucha un llanto en Aliste, que lo invade de tristeza, cabalga a lomos del fuego, se extiende por toda la sierra. Y recordó a Victoriano: Espero hayas encontrado veredas / donde apacentar tus ovejas, / te buscaré cada noche, / donde brillan las estrellas” y también a Ángel: “Te fuiste en el otoño / tiempos de sementera, / sólo quedó tu retoño, / sóla tu compañera”.
Las Capas Parda Alistanas de Honras y Respeto fieles compañera de los cofrades de la Hermandad Penitencial de la Santa Vera Cruz en cada pueblo alistano a la hora de acompañar a sus hermanos en su ultimo viaje, testigo de Pasiones de Cristo, Viáticos y pastoradas de “la Cordera” de Nochebuena, salieron ayer de las viejas arcas de negrillo y baules de castaño para, al abrigo de sinceras oraciones e inolvidables recuerdos, preservar la memoria de Daniel, Victoriano, Eugenio y Angel, siempre en los corazones de sus familiares y paisanos.
