La capa parda alistana de honras y respeto se ha convertido por méritos propios, de los hombres y mujeres de la tierra que la crearon y la vistieron, Aliste, en la prenda más histórica, bella y peculiar de la indumentaria tradicional de toda la Raya de España y Portugal.

La raza autóctona de pura sangre Castellana Negra, declarada peligro de extinción, encontró su hábitat para sobrevivir en las tierras de Aliste cuando en los siglos XVII y XVIII el mayor valor de la lana blanca la condenó a la triste muerte del olvido en los llanos campos de Castilla. Más dura que su hermana la Castellana Blanca, junto a la oveja Rebitajada se amoldó a una tierra hostil en lo que a pastos se refería: de veranos muy secos e inviernos muy fríos. Dice el dicho alistano que las ovejas negras son duras como cabriñas.

¿Dónde se procesaba la lana?

Los ríos Frío (Riofrío), Aliste (La Torre) y Mena (Ufones) acogieron los tres batanes o pisones alistanos más importantes. Otro hubo en Nuez. En aquellos pueblos donde no los había solían llevarse al batán que gestionaba en el río carballés Valdaya, en Codesal, el padre del mítico Argimiro Crespo.

Durante varios siglos la aguja y el dedal fueron la única alternativa para coser y bordar las capas. Una tarea ni mucho menos fácil, pues los paños pardos de lana, tras pasar por los pisones y batanes, aparte de gruesos, arrejuntados, eran casi infranqueables.

La máquina "Singer", una revolución

Tras la Guerra Civil cuando los batanes alistanos cayeron en el olvido hasta desaparecer, comenzó a usarse el paño de Béjar, mucho más fino. A ello se unía la llegada de las modernas máquinas de coser Singer. Precisamente de las primeras llegadas a Aliste fueron una para los los padres de Juan (José Gallego y Lucía Baz) y otra para sus tíos de Valer de Aliste (Sebastián Baz y Paula Gallego).

Uno de los primeros representantes de Singer en Aliste fue Quico “el sastre”, de Ceadea, muy conocido pues viajaba de pueblo en pueblo con su flamante yegua, el cual no era otro que el “Ti Francisco”, padre de Antonio, el maestro creador de la Enciclopedia Álvarez en 1952.

El legado de Juan Gallego Baz

Juan Gallego Baz, hijo del Tío José y de la Tía Lucía, fue, es y quizás siempre lo será el más afamado e ilustre sastre hacedor de capas pardas alistanas de honras y respeto, allá en su casa solariega a orillas del río Aliste en Bercianos. Muchas de ellas para los cofrades de su pueblo y para los de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo de Zamora, fundada en 1956. Su pueblo ha sido el único que ha mantenido viva la capa parda alistana gracias a su Semana Santa, al formar parte imprescindible de las dos procesiones mas importantes de la Pasión: La Carrera (Jueves Santo) y el Santo Entierro (Viernes Santo).

Afamados fueron como sastres el “Ti Periles” de Palazuelo de las Cuevas y el “Ti Sebastián” de La Torre de Aliste.

Las mujeres toman el testigo

Mujeres alistanas han tomado ahora el relevo de una tarea, la costura, cosa de ellas, que sin embargo en el apartado de las capas pardas alistanas de honras y respeto fue durante siglos sólo cosa de hombres. En la mayoría de los casos las mujeres artesanas las elaboran a nivel particular y por tradición –no comercial– para familiares.

Rafaela Fernández Ramos, nacida en San Vitero el 3 de diciembre de 1952, inició su aprendizaje en los años 60 del XX cuando su madre la apuntó a un ciclo formativo de corte y confección impartido en el pueblo por la afamada modista María Teresa Alonso. Convertida en emigrante, ello le permitió entrar a trabajar en una fábrica de prendas de piel en Lucerna (Suiza) que estaba dirigida por Paulino, un alistano de San Cristóbal, desde 1973 a 1976. Su primera capa alistana fue la que realizó para su marido Tomás hace ya 27 años. Ella fue quien elaboro la impuesta al papa Francisco.

En Bercianos, pueblo de Juan Gallego Baz, tomó el relevo María Pérez Blanco, allí nacida el día 22 de noviembre de 1958. Hija del histórico panadero alistano Demetrio y de Florentina, comenzó a elaborar Capas Alistanas nada más salir de la escuela, a los 14 años, una vez terminada la EGB. Forma parte activa de la hermandad penitencial del Santo Entierro de Bercianos

María Magdalena Alonso Garrido, nacida en Mahíde el 22 de julio de 1954, comenzó a elaborar la histórica prenda en 2017. En la localidad de Ufones también sabe confeccionarlas Florentina López Calvo.

Modistas alistanas hacedoras de capas pardas. Chany Sebastián

Nuevas aprendices

Como todo en esta vida, la supervivencia de la histórica prenda pasa por ir logrando el recambio generacional entre quienes las elaboran.

Aulas de Música de Aliste y Tras os Montes en Trabazos y la agrupación folclórica alistana “Manteos y Monteras” en Alcañices, presididas respectivamente por Miguel Bermúdez Bermúdez y Domingo Miguel Pérez, incluyen desde hace varios años, con éxito, en sus escuelas de folclore, de octubre a junio, la asignatura de indumentaria tradicional (incluidas las capas pardas alistanas) con expertas monitoras como Catalina Hernández Serrano y Herminia Esteban Franco.

Engracia Cerezal Mezquita, de San Juan del Rebollar, enseña a hilar a joven Amelia Esteban Manzanas. | Chany Sebastián Chany Sebastián

Otros maestros de la capa parda

Domingo Fernández Martín, nacido en Villarino de Cebal el 11 de marzo de 1923 y fallecido en San Vitero el 14 de octubre de 2018, con 95 años, tuvo de maestro al sastre Santiago Fernández de Tola, aprendiendo teoría y practica, a picar, cortar y coser, con 18 años, pero sólo para las más sencillas, de pastor. Tras regresar de la mili se fue a La Torre y Palazuelo de las Cuevas, donde le dijeron que se hacían las mejores capas alistanas, y allí aprendió a confeccionarlas.

Tomás Río Villar nacía en Abejera de Tábara el día 13 de octubre de 1930, allá en la vaguada protegida de los vientos por la sierra de Valer y la sierra Sesnández. Es el único superviviente de los sastres históricos de la posguerra y actualmente reside en la Residencia de la Tercera Edad “Virgen de la Salud” de Alcañices con 92 años de edad. Hijo de una familia numerosa, donde la hacienda no daba para todos, en 1947, con 17 años, “una mano delante y otra detrás”, cruzó la Sierra de la Culebra camino de Tábara, donde entró en la sastrería de Vicente Ferreras, de Peleas de Abajo. Era tal su deseo de aprender que trabajó un año de aprendiz y sin cobrar nada, sólo por la manutención. En 1955 aprendió a hacer Capas Pardas Alistana de manos del maestro Francisco Ferrero Ferrero de Ferreruela de Tábara. Calcula que habrá realizado una 100 capas en Abejera, la mayoría para pastores. Sus capas de honras y respeto fueron pocas y por encargos especiales, como algunas para la Casa de Zamora en Madrid, de la mano de Santiago Antón Vara. La última para un estudiante de Zamora.

Aureliano Cristal Riveiro nació el 13 de marzo de 1937 en Constantim y falleció el 11 de junio de 2020, fue el gran artesano de la Capa de Honras Mirandesa: el elaboró numerosas prendas a amantes de la capas en Aliste y Zamora.

Bermillo de Alba y Trabazos acogerá mañana la IX Jornada de Exaltación de la histórica prenda.