La Opinión de Zamora

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Cosecha de 2022 en Zamora: “Un año para olvidar”

El inicio de la recolección de cebada confirma el desastre, con un recorte de producción por encima del 50% | “Poner una cosechadora en la tierra salta los mil euros diarios”

La cebada cosechada se deposita en un almacén en La Bóveda de Toro a través del sinfín elevador. EMILIO FRAILE

“El año pasado un camión venía tardando unas dos horas y media en llenarse y ahora andará por las cinco horas”. La comparativa que realiza Casto Hernández confirma los peores presagios: la cosecha de cereal en Zamora es mala.

El tiempo de carga “es un dato muy claro de la merma de producción”. Si un camión de 26 toneladas tarda el doble que el año pasado en llenarse de cebada puede que estemos ante un recorte del cincuenta por ciento respecto a la campaña de 2021, una de las mejores de los últimos años aunque no llegó al rendimiento excepcional de 2020. “Sale mucho menos grano, tienes que segar más hectáreas para llenar el camión. Este año parece que no se avanza” certifica el camionero.

El 9 de junio entraban las primeras cosechadoras en las tierras de la comarca de La Guareña. El almacén de COAG en La Bóveda comenzaba a recibir los primeros remolques y camiones de una campaña que se prolongará hasta mediados de julio. “Hemos empezado unos ocho días antes que el año pasado” certifica Mario Rodríguez. Lejos quedan los años en los que la cosecha arrancaba dentro de la estación del verano, a finales de junio o incluso ya entrado julio. Pero los fuertes calores de mayo, que ya no son una excepción, han llevado a adelantar el inicio de la recolección de cebada o guisantes casi un mes.

Una cosechadora segando en La Bóveda EMILIO FRAILE

Este año no ha sido una excepción respecto a lo que ya viene pasando. Un efecto más del cambio climático que el mundo del campo viene advirtiendo. “A nivel global, se espera que el rendimiento del cultivo de cereales en el mundo disminuya en un 5% por cada grado de aumento de temperatura. En España, el aumento de la sequía sería la principal causa de la pérdida de rendimiento, que podría ser agravada por el incremento de los daños por pedrisco o plagas” alerta un informe de COAG.

“Ha venido con mucho calor antes de lo esperado, con lo cual el grano se ha secado en seguida y se ha adelantado la siega” explica Mario Rodríguez, responsable de almacenes de La Bóveda, donde COAG Zamora cuenta con dos naves con una capacidad en torno a las 30.000 toneladas. En La Guareña se ha sembrado más o menos igual que el año pasado y más del 90 por ciento en secano.

El Instituto Tecnológico Agrario (dependiente de la Junta) ya había avanzado que Zamora sería una de las provincias peor paradas en el balance de producción cerealista de esta campaña. Las primeras estimaciones de rendimientos de cosecha de Itacyl llegaban cargadas de malos presagios al preverse una caída en la producción de trigo del 24 por ciento con respecto a la media de los últimos 30 años y un descenso aún más pronunciado en la cebada, del 28 por ciento.

Cele Hilario cosechando en La Guareña EMILIO FRAILE

Lamentablemente las previsiones no solo se han cumplido sino que en algunos casos pueden quedar cortas. “En torno a un 40-50% menos de producción y el peso específico del grano bastante bajo” precisa Mario Rodríguez sobre la comarca de La Guareña. Lejos de 62 kilos por hectolitro, el mínimo comercial exigido. “Los calores de mayo asolaron todo el cereal. Es una pena porque la campaña no pintaba mal, pero en unos días todo se ha ido al traste”.

Cele Hilario, agricultor y cosechador de La Bóveda de Toro, certifica las pésimas noticias. “El año es muy malo, esta tierra que estoy segando (de guisantes) saldrá a unos 300-400 kilos por hectárea, cuando lo normal hubieran sido una producción de 1.500-2.000”.

Las noticias no son mejores en cuanto a la recolección de la cebada. “Anda sobre los 1.600-1.700 kilos por hectárea de media, cuando en esta zona en estos años pasados buenos se han recogido entre 3.500 y 4.000” explica Eduardo Hilario.

Rubén Hilario, agricultor de La Bóveda de Toro EMILIO FRAILE

Cele y su hijo Eduardo valoran los estragos de esta campaña cerealista en su doble condición de cosechadores y agricultores. La producción es pobre y el alto precio del combustible dispara los costes del arranque y mantenimiento de la máquina. “Poner la cosechadora en marcha cada día no baja de los mil euros, de ahí para arriba. Y eso sin averías, porque sino te desbarata todo” precisan.

“La situación es mala y se está poniendo cada vez peor. Tengo las cosechadoras y además soy agricultor, y el año que viene ya estoy pensando en no sembrar por lo menos el regadío, patatas y cebollas. No se puede andar regando a estos precios” describe Eduardo Hilario.

Un camión descarga cebada en el almacén de La Bóveda EMILIO FRAILE

“Llevábamos dos años bastante curiosos, pero esta campaña es un desastre. Con lo que nos ha costado preparar las tierras y la sementera para no coger nada” lamenta Rubén Hilario, agricultor de 40 años de La Bóveda, uno de los “jóvenes” del sector. Rubén ha sembrado cereal y guisantes, esto último con una producción pésima. Hay que echar unas horas con el remolque en la tierra hasta verlo lleno camino del almacén.

Hay que pensar en cultivos que tengan menos costes; habrá que tirar por la siembra directa y por no echar minerales

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“Si la situación no cambia vamos a tener un problema. Hay que pensar en cultivos que tengan menos costes; habrá que tirar por la siembra directa y por no echar minerales. Aunque la producción sea baja, por lo menos gastar lo mínimo” reflexiona Eduardo Hilario.

Desde Tierra de Campos, José Roales, agricultor de Villamayor y responsable de cultivos herbáceos de COAG, no transmite mejores noticias. “Estamos rondando una producción de 1.200-1.400 kilos por hectárea y en un año normal está entre 4.000 y 5.000. Un 60% de cosecha menos”. Según Roales el comportamiento del clima no falla. “En mayo empezó a hacer mucho calor, escasearon las lluvias en la época más crítica para el cereal, pues blanco y en botella. Lo veíamos venir”.

Almacén de cereal en La Bóveda de Toro EMILIO FRAILE

En el otro lado de la balanza un mercado desquiciado que ha disparado los precios, aunque ahora la tendencia sea a la baja. “De momento la cebada de la semana pasada a esta ya ha bajado 20 euros la tonelada, a ver cómo la cobramos al final. Pero incluso vendiéndola al precio de ahora, que no es malo, calculando lo que nos hemos gastado en las labores, perderíamos dinero. No podemos lanzar las campanas al vuelo porque puede pasar de todo” apunta el agricultor y maquinista de La Bóveda. “Este año ha costado mucho más producir y, aunque el grano valga dinero, los kilos son muy pocos”.

Ahora el cereal está bajando muy deprisa, el mercado está loco. Hay mucha incertidumbre.

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Lejos de crear confianza, los vaivenes del mercado y la incertidumbre generada por la guerra de Rusia contra Ucrania, el granero de Europa, siembran el desconcierto en el sector agropecuario. “Hasta que no cobre no me creo nada” resume Rubén Hilario. “Aunque ahora está bajando, es verdad que el precio del cereal es muy alto pero la gente no se fía. Ahora todo es muy inestable” abunda Mario Rodríguez.

Lo que pase con los precios es otra quimera. “Ahora el cereal está bajando muy deprisa, el mercado está loco. En condiciones normales por estas fechas no habría cotización ni en las lonjas ni siquiera a pie de calle porque estamos en plena cosecha, pero este año está todo al revés. Hay un revuelo tremendo” incide el terracampino José Roales.

La cosechadora descarga en el remolqaue de Rubén Hilario en La Bóveda EMILIO FRAILE

La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, ha alertado de la situación que se está generando en el mercado de cereal con una “incomprensible” bajada de precios en la cebada y en el trigo. Coincidiendo con el inicio de la cosecha y a pesar de toda la incertidumbre con las importaciones de grano procedente de Ucrania, la organización señala que «en lugar de mantenerse las cotizaciones, sorprendentemente han bajado» y esto creen que se debe fundamentalmente a un acuerdo entre operadores y a los movimientos de los compradores presionando de forma conjunta para recuperar el “precio del cereal en era” (a pie de campo).

“Un año para olvidar” resume Eduardo Hilario sobre la situación que vive la agricultura y la ganadería. ¿El futuro?, “tiraremos como sea hasta que podamos. Y si el agricultor no produce, es un problema porque va a haber mucha escasez de cereal y cuando más suban los insumos (fertilizantes, luz, carburantes...), peor porque se va a producir menos. Quién se arriesga. Van a venir años malos. Los agricultores estamos tirando para atrás” apunta Eduardo.

Las organizaciones agrarias ya lo habían advertido. “La cosecha en Castilla y León es mala” como resultado de un invierno seco y de un mes de mayo con temperaturas muy altas y pocas lluvias que van a dejar la campaña de cereal en 4,5 millones de toneladas. El rendimiento está por debajo de la media de los últimos diez años y con unos costes de producción “inasumibles” ha afirmado el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo.

La cosecha en La Guareña EMILIO FRAILE

Según ha valorado Asaja, si en 2020 una explotación agrícola tenía unos costes de 500 euros por hectárea, sin contar amortizaciones ni mano de obra, en 2022 se elevan 1.200 euros. Esta organización pide que se proporcione liquidez al sector para aguantar los “excesivos gastos” que son “inasumibles” por la precaria situación económica del mismo. “Es urgente que la Consejería de Agricultura y el Ministerio convoquen la mesa de la sequía” para habilitar ayudas de mínimo a fondo perdido, liquidez a través de préstamos, exenciones fiscales y de seguridad social y en definitiva que “se ayude al sector a poder sembrar el año que viene a producir alimentos para mantener a la sociedad”.

La cebada en la piquera EMILIO FRAILE

UPA ha cifrado entre un 40 y un 50 por ciento el descenso de la cosecha de invierno de 2022 respecto a la de 2021 “que difícilmente superará los 4 millones de toneladas” en Castilla y León”. Ante los “elevadísimos costes de producción” y la incertidumbre de la próxima campaña, UPA ha reclamado que se constituya la Mesa de la Sequía a nivel autonómico y en todas las provincias con representación de las Opas y de las administraciones competentes para conocer de primera mano la realidad de la cosecha.

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