La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

La apicultura zamorana podría ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

El reconocimiento traería consigo medidas para la protección de este polinizador, clave en la producción agrícola y la salud del ecosistema

Las abejas son polinizadoras de gran relevancia Pinterest

La apicultura de Zamora podría llegar a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una condición que ayudaría a proteger la población de este polinizador que juega un papel vital en el sostenimiento del medioambiente, así como su enorme impacto en la economía, más allá de la producción de las 300 toneladas de miel que Zamora ronda cada año.

La petición impulsada por COAG cuenta con más de cien mil firmas que han sido entregadas al Ministerio de Cultura, así como a la consejería castellanoleonesa, donde se ha registrado una petición de manera simultánea en diez administraciones autonómicas para promover en la Unesco que este oficio sea reconocido como “una técnica artesanal tradicional”, según reza la definición de Patrimonio Inmaterial.

Este es un paso más para que este oficio cuente con mayor protección, un paso más en el reconocimiento de la importancia de estas polinizadoras.

Su papel en la agricultura

Según los datos del censo apícola de la Junta de Castilla y León tan solo en la provincia de Zamora hay más de 12.000 colmenas registradas, con una población de varias docena de miles de polinizadoras en cada una, imprescindibles para la producción agrícola: según un informe de Naciones Unidas el 75% de los cultivos mundiales dependen de la polinización, solo algunos productos como el maíz, el arroz o la patata podrían sobrevivir sin las abejas.

Por ello, el impacto económico de la apicultura en la provincia de Zamora va más allá de los productos derivados de manera directa, como la miel o la cera.

Este sector se encuentra al alza en Zamora, con una profesionalización cada vez mayor que ya cuenta con una Marca de Garantía propia, “Miel de Zamora”, impulsada desde la Diputación de Zamora para la promoción de este sector económico bajo la que se protegen las mieles cosechadas en la provincia, una garantía de calidad frente a los sucedáneos procedentes de fuera de la Unión Europea.

El girasol, la colza y los frutales dependen de la polinización

La lucha de los apicultores zamoranos contra las importaciones de jarabes extracomunitarios continúa abierta, productos cuya competencia desleal hunde los precios y la rentabilidad de los pequeños productores locales.

Pero la actividad apícola tiene un mayor depredador, la “desaparición” de esta especie a pasos agigantados hace cada vez más difícil el trabajo de los apicultores, que sufren bajas por miles. Las enfermedades y ciertos pesticidas “están esquilmando la producción”, señala el líder de COAG en Castilla y León, Lorenzo Rivera, sobre una actividad que quieren que sea “reconocida no solo por la miel sino también por el trabajo que hacen como polinizadoras”.

En Zamora, “si no fuera por la abejas”, relata el representante agrario, los cultivos de girasol, colza y o árboles frutales estarían “en un serio problema”.

Que la Unesco reconociera esta actividad supondría “el reconocimiento de la opinión pública” además de una mayor protección “para que se eleve el amparo” a una actividad que en España supone un beneficio en polinización que se estima que supera los 4.000 millones de euros anuales solo en el sector agrario.

Compartir el artículo

stats