El contenido de un envase de mezcla de mieles en cuya etiqueta ponga “Origen España” puede proceder mayoritariamente de China y no por ello incumplir la ley, según una investigación de los servicios técnicos de la organización agraria COAG y avalada por la organización de consumidores OCU.

Ambas organizaciones han coincidido en denunciar que existe una “maraña legislativa” en la UE y en España de tal forma que es legalmente posible “enmascarar el origen real de la miel”.

“Si esto es así, se está produciendo un engaño al consumidor sobre el origen de los alimentos”, ha asegurado el portavoz de la OCU, Enrique García, quien ha demandado que se mejore la legislación para impedir que su aplicación derive en “una ocultación de información al consumidor”.

El responsable del sector apícola de COAG, Pedro Loscertales, también ha pedido a las administraciones que “rectifiquen” la legislación vigente en la Unión Europea y en España para impedir que la industria siga etiquetando de esta forma la miel y que “investiguen dónde esta la miel china que llega a nuestros mercados”.

Tras revisar la legislación europea y española relacionada con el etiquetado y el país de origen de un producto, llegaron a la conclusión de que es legal que una miel cosechada en China e importada por un operador portugués que se mezcle con miel cosechada en España puede adquirir el “Origen España” si esta última pesa más del 50 % del total. A su vez, este producto resultante podría mezclarse con nuevas partidas de mieles originarias de China, confiriendo, de nuevo, el “origen España” a las subsiguientes mezclas finales.

Al final, un bote de miel en su mayoría china acaba etiquetada como española. “Interpretamos que China ha desaparecido de las etiquetas de las mieles comercializadas en nuestro país porque la miel que sigue entrando a día de hoy en España desde el gigante asiático se triangula a través de Portugal y Rumanía, en los que se transforma y adquiere el nuevo “Origen España”.