Los ganaderos han comenzado a sacar las máquinas de siega con varios días de antelación para aprovechar unos forrajes que temen que puedan quedar en nada por causa de la sequía que golpea el campo. Otros piensan en vender cabezas de ganado para hacer frente a una larga temporada de consumo de pienso, otros sueñan cada noche con la jubilación porque los precios de los productos no acompañan. Hacen mención a que las ayudas de la PAC se recortan, los combustibles suben y, para colmo, varios han visto cómo la fauna se ha comido hasta los cachorros de mastín que criaban para cuidar el ganado. El sector ganadero vive unos momentos preocupantes.

"Hace dos días que he comenzado segar porque se está agostando todo y nos quedamos sin nada de forraje porque en quince días desaparece. Se presenta un verano muy largo" expresa el ganadero de ovino de Torregamones, Celestino Pascual. Subraya que "no ha llovido en todo el invierno. Las nubladas nos han pillado por Portugal y otros puntos, porque aquí no han dejado ni una gota". Respecto a los precios de los corderos, indica que "están en el dos por uno, como en las grandes superficies".

"Los que tenemos cincuenta y muchos años intentamos sujetarnos como podemos. Yo tenía 800 cabezas de ganado ovino y ahora tengo 500 porque lo que queda es lo que puedas ahorrar. Tango los animales para parir del todo y estoy echando pienso, pero de aquí a quince días lo estará echando todo el mundo porque el campo está jodido y no ha crecido nada. El labrado se está secando y el vallado también" Son las palabras del ganadero de Tudera José Luis Pascual, que el martes acudió con los corderos al mercado de Villalpando y, como otros, regresó con ellos para casa. "Hace treinta años la llegada de mayo era una alegría, con las comuniones y demás. Ahora volvemos con los corderos de los mercados, y los pagan entre 42 y 45 euros" expresa.

Eduardo Herrero, de Fresnadillo, apunta que "estamos con un campo que presenta unos pastos y unas cosechas que habrá que segar a toda leche, para hacer forraje o ensilar, porque falta agua y la tierra no tiene sangre. Es una situación de sequía que obligará a segar con antelación como si fuera mediados de junio".

"Somos un sector resignado porque no nos hace caso nadie y somos como el último eslabón. Se lo están cargado vía precios igual que ha ocurrido con otros, como la remolacha. A mí me quedan dos años, pero si uno es más joven es para pensarlo. Los corderos están como hace treinta años. En estos momentos las lagunas normales están a un tercio de su capacidad" añade Herrero.

El ganadero Manuel Bárbulo, de Fornillos de Fermoselle, es otro de los que está pensando las decisiones a tomar y, entre ellas, está reducir el número de cabezas de ovino porque no se puede soportar un año a base de pienso. En sus cálculos, "a primeros de junio la mayoría de los ganaderos estaremos a pienso porque el pasto está agotado y hay que segar porque, entre la seca y el sol, el forraje se viene abajo". Pone de relieve que los ganaderos de la zona del arribanzo "estamos pensando ya en el otoño y la bellotera porque es lo que puede salvarnos".

Se suma a los demás para criticar a la Administración "porque hablan de asentar población en los pueblos y no dan nada. Las ayudas de la PAC van para abajo y quien quiera meterse en el sector tiene que firmar contratos a cinco años y devolver parte de las subvenciones. ¿Quién se pone a comprar ganado, arrendar terrenos, hacer naves y adquirir maquinaria sin precios en los productos? En las cooperativas nos dicen que está el mercado a rebosar. Los combustibles están que es imposible arrancar la maquinaria, y la Administración exigiendo muchísimo. La gente está de mala leche porque no puede estar de otra manera. Que digan lo que quieren hacer con el sector ganadero".