Perilla de Castro celebraba con motivo del día de Santa Cruz la romería en honor del Cristo de los Mártires, una jornada animadísima en la que tras la santa misa los devotos sacaron en procesión tres imágenes de devoción, el Cristo, empujado por los hombres, la Virgen del Rosario, cargada por las mujeres, y el Niño de la Bola, llevado por los más jóvenes de la localidad. La comitiva discurrió por las calles del pueblo hasta la era, donde el párroco bendijo los campos y todos rogaron por una buena cosecha. Finalizados los actos religiosos llegó el turno de la fiesta, el mayordomo, Juan Manuel, convidaba a sus vecinos a un refresco a base de limonada, cacahuetes, embutido y bollos del que todos los romeros dieron buena cuenta para después bajar las calorías bailando a ritmo de charanga. El buen tiempo ayudó a que creciera la participación, sobre todo por la tarde.