No obstante, el proceso de ejecución de las obras no ha estado exento de polémica a medida que se iba concluyendo el nuevo trazado, que tiene una longitud de 5,4 kilómetros, con una inversión de 4,5 millones de euros, aportados por la Consejería de Fomento. Las más cuestionadas son las intersecciones hacia Guarrate y Fuentelapeña que, según los usuarios, «son peligrosas, la visibilidad es muy mala porque el cambio de rasante impide ver la raqueta», apunta un vecino de Fuentesaúco. Al respecto, desde la Delegación de la Junta se asegura que ambas han sido ejecutadas «según el proyecto aprobado», estarán limitadas a 70 kilómetros/hora y se está terminando de instalar «una señalización de preaviso de cruce sin prioridad y bandas rugosas en el pavimento».