Entrevista | Ester Vallejo Editora de Amarillo

"Si publicas algo bueno, malo o regular pero la gente no se entera, no llegas a ningún lado"

"A la hora de seleccionar autores y las obras me gusta ir poco a poco y pisando terreno seguro por lo que yo nunca publico autores noveles"

Ester Vallejo tras su presentación en Benavente. | E. P.

Ester Vallejo tras su presentación en Benavente. | E. P. / Eva Ponte

La responsable de la editora Amarllo, Ester Vallejo, ha ofrecido una charla en Benavente en La Librería de Ángela para explicar al público el proceso por el que pasa un libro hasta que llega al lector. Estudió Biblioteconomía y Documentación y ha sido librera durante 25 años en Madrid y siempre ha tenido gran interés por el mundo editorial. Hace un año optó por dar un paso al frente y hacerse editora.

–¿Cómo llega a ese trabajo de editora?

–Hace unos años empecé a investigar un poco y cursé un máster de edición profesional y posteriormente hice cursos más concretos de corrección ortotipográfica, de estilo e informes de lectura y la idea inicial era trabajar en una editorial porque era lo que me apetecía. Pero luego, en el máster presenté un proyecto y el profesor me dijo que estaba muy bien y si tenía previsto poner en marcha ese proyecto. Me descolocó un poco y lo dejé un poco de lado, pero al final decidí hacerlo. Por lo que hace un año en octubre dejé mi trabajo anterior y me he dedicado a la editorial exclusivamente.

–Hay un proceso de aprendizaje, hasta que se pone la editorial en marcha.

–Así es. Antes de poner en marcha la editorial había hecho algún trabajo de corrección editorial pero nunca antes había trabajado en una editorial. Me está sirviendo haber sido librera durante muchos años porque conozco muy bien el proceso de comercialización del libro.

–¿Qué aspectos cree que se deben tener en cuenta a la hora de poner en marcha la editorial desde esa experiencia como librera?

–Tenía muy claro que hay que contar con una buena distribuidora. Hay editoriales que ciertamente se distribuyen así mismas y lo cierto es que está muy bien, porque lógicamente ganan más dinero por cada libro que venden ya que tienen menos intermediarios, pero eso puede ser un problema a la hora de llegar a la gente. Lo primero que hice cuando me puse en marcha con este proyecto es contactar con las distribuidoras que conocía y buscar una con una red de comerciales por toda España. De modo que cuando publico un libro la información del libro está en todas las librerías de España. El libro tiene una proyección comercial, si publicas algo bueno, malo o regular pero la gente no se entera no vas a ningún lado. También me muevo mucho por las librerías porque sé lo que les agobia más, en qué momento hay que estar ahí cuando hay ferias.

–¿Qué libros la convirtieron en editora?

–El primero lo tuve claro. Empecé con un libro de Alejandro Sawa, un autor que le tengo mucho cariño desde que era adolescente. Empecé con él porque me gusta ir poco a poco y pisando terreno seguro. Sawa tiene una obra de dominio público por la que no hay que pagar derechos. Con los siguientes me metí a buscar autores con los que he tenido que trabajar con agentes literarios o pagar derechos. A veces veo los libros en la librería y, quizás por mi carácter, por dentro me emociono mucho pero por fuera voy mucho más centrada. Me parece que cuando publico un libro y ha llegado a la librería forma parte del proceso natural.

–Le llegan opiniones de los lectores, ¿qué suponen para usted?

–El objetivo más idealista es aportar un poco para que la sociedad mantenga esa capacidad de crítica y de escucha. La literatura ayuda a ello, a escuchar, entender o tener capacidad crítica. Cuando un lector te ofrece su opinión, te dice que le ha gustado o te hace su crítica dices pues algo estoy haciendo.

–¿Cuáles son las líneas de publicación de esta editorial?

–Por un lado, rescate de textos de autores, sobre todo del siglo XX, que en su momento fueron importantes y hoy, por diferentes circunstancias, están olvidados. Creo que hay obras que tienen gran calidad literaria. En mi caso he publicado dos autoras de los años 40, también de la novela social de los años 50. Y por otro lado, autores extranjeros que en su país ya tienen una trayectoria literaria de peso y aquí no son muy conocidos. Por ejemplo acabamos de sacar una obra del cubano Severo Sarduy, una autor extraordinario con una forma de escribir muy personal. El año que viene voy a publicar un libro del mejicano Vicente Leñero que en su país es muy conocido.

–¿Cree necesario un equilibro entre lo comercial y lo meramente literario?

–Sí. Soy consciente de que no estoy publicando libros para mayorías, ahora estoy aprendiendo sobre la marcha. Creo que debo buscar un equilibrio y contar entre las publicaciones con autores más conocidos. En mi caso no publico autores noveles.

–¿Cómo se llega a la elección de libros para publicar?

–Yo trabajo sola. Tengo algunos colaboradores externos para temas de maquetación y diseño. Lo que hago es buscar mucho en librerías de segunda mano, me informo e investigo sobre diferentes autores. De los libros hago dos lecturas, una como lectora para ver si me gusta porque si no es imposible venderlo al público y, si me gusta, hago una segunda lectura con una mentalidad comercial pensando si puede haber público para ese libro.

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