Sucesos en Zamora

"Mi Pelayo no ha destrozado nada": la versión del dueño del perro que "dañó" el parque de La Mota

El propietario del can que irrumpió en el solado de caucho del castillo infantil cuando terminaban de pegarlo niega los daños: "¡Pero si son tres pisaditas de un chiguagua de tres kilos y medio!"

Zona del parque infantil en la que se produjo el incidente, delante del vigilante de seguridad que fue testigo de lo ocurrido.

Zona del parque infantil en la que se produjo el incidente, delante del vigilante de seguridad que fue testigo de lo ocurrido. / J. A. G.

J. A. G.

"Mi Pelayo no ha destrozado ningún parque. Qué puede destrozar un chiguagua de tres kilos y medio, que lo conoce todo Benavente. Entonces, cuando entren 20 beduinos (niños) a jugar, cómo va a quedar el parque".

José María de la Huerga, "Pipo", es el dueño de Pelayo, el perro que el domingo a las tres de la tarde se coló por debajo del vallado de la infraestructura de juego cuando los operarios estaban acabando de pegar el solado continuo de caucho del nuevo parque-castillo.

Niega que Pelayo causara daño alguno. "Sin son tres pisaditas de nada. Ya les dije a los operarios, que estaban de rodillas trabajando: arreglad los tres puntitos y pasar la tabla. Me dijeron, ahora no se puede. Cómo que no se puede que os lo hago yo", explica. La empresa ha explicado que una vez pegado el suelo, cualquier presión en el solado de caucho, por pequeña que sea, puede contribuir a la larga a que se vaya despegando poco a poco.

La versión de Pipo

Pipo, "así me conoce todo el mundo en Benavente", subraya, ha dado su versión sobre lo ocurrido y atribuye el incidente y la intervención de la Policía Local al enfado del vigilante de seguridad. "No le hice caso porque conozco mis derechos", alega.

"Lo primero, yo no estaba sentado, sino hablando de pie con un señor venezolano sobre cómo los rojos, los comunistas, tienen Venezuela. Un señor muy majo por ciento con el que me gusta hablar", introduce.

"Tampoco tenía a Pelayo suelto. Se me soltó de mi correa italiana que tiene un nudo especial y se escapó. Entonces el vigilante me preguntó si era mi perro. Fui para allá y le dije que sí que Pelayo se me había soltado. Le tengo que denunciar. Quédese aquí. ¡Vamos hombre! Un portero de discoteca no me dice a mí lo que tengo qué hacer", prosigue.

Según Pipo, tras acercarse a ver las "pisaditas" y hablar con los operarios para que arreglaran lo que a su juicio no era nada, se fue para su casa desoyendo la petición del guarda de seguridad de que esperara a la Polícía. El vigilante, sin embargo, le siguió y comprobó donde vivía.

Imagen tomada tras el incidente en el que se aprecian las huellas dejadas por Pelayo en el suelo de caucho hasta que el vigilante lo ahuyentó.

Imagen tomada tras el incidente en el que se aprecian las huellas dejadas por Pelayo en el suelo de caucho hasta que el vigilante lo ahuyentó. / J. A. G.

"Yo me fui para casa y me asomé al balcón y vi a la Policía. Me estaba poniendo el pijama cuando sonó el timbre. Eran dos agentes. Uno que lleva un pendiente y me conoce me preguntó, ¿Pipo, es tuyo el perro?. Pelayo, ven para acá. Se descojonaron cuando vieron a Pelayo venir por el pasillo, que no es un mastín. Bueno, déjanos el DNI, es el protocolo, me dijo el Policía. Solo me lo tuvieron que pedir una vez", enfatiza.

José María de la Huerga, "Pipo", reconoce que el perro estaba suelto, aunque se escapara, pero se muestra indignado. "Nunca he tenido una pega en Benavente. Soy el ciudadano que registró el primer perro en este pueblo pagando los nueve euros correspondientes, y Benavente le debe mucho a mi familia por la Casa de Solita", afirma.

El parque infantil del castillo, en la Mota, el lunes por la tarde. El vigilante siguió al dueño de Pelayo para comprobar donde vivía al no querer esperar a la Policía.

El parque infantil del castillo, en la Mota, el lunes por la tarde. El vigilante siguió al dueño de Pelayo para comprobar donde vivía al no querer esperar a la Policía. / J. A. G.

Aunque reconoce que Pelayo entró por debajo del vallado "por el que no entra ni un conejo", critica que "no estuviera en condiciones, con la malla verde que tenían antes" y se queja de las críticas recibidas: "La gente que no sabe como es Pelayo se debe pensar que era un mastín. Son capaces de venir y crucificarme y prender fuego a la cruz como el Ku Klus Klan viendo las cosas que están diciendo", sostiene.

Pipo asegura saber que se enfrenta a una denuncia por que Pelayo estaba suelto, pero niega que su perro dañara el solado, que a su juicio, "en el que además de estar mal puesto y de no valer para nada", no tenía "ninguna huella ayer por la tarde (el miércoles) porque lo estuve viendo. "Ya se lo he dicho al alcalde, que le vi también ayer" explica y justifica: "si hay que hablar de daños, a ver qué pasa porque en la Mota raro es el día que no aparece una rama arrancada de algún árbol"

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